El confinamiento de la COVID-19 parecía ser una oportunidad para elevar la tasa de natalidad, y este diciembre ya han comenzado a nacer los primeros niños y niñas concebidos en el estado de alarma. La web sobre fecundación y embarazo mujerfertil.es, ha elaborado un análisis sobre la natalidad durante este año 2020. Un baby boom a los nueve meses del confinamiento, en el que deberíamos estar inmersos no se ha dado.
Algunas cuestiones, entre otras, que han provocado el descenso en la natalidad desde que la COVID-19 ha llegado a nuestras vidas es el parón de los tratamientos de reproducción asistida y la incertidumbre económica.
Estadísticas y datos sobre cómo la pandemia afecta a la natalidad
Algunos datos demográficos analizados apuntan que la natalidad en España, y en otros lugares del mundo, se ha visto afectada directamente por la pandemia de COVID-19. Según la profesora de investigación en Demografía del CSIC María Teresa Castro, de hecho incidirá negativamente en las tasas de fecundidad a corto y medio plazo.
Hay varios factores que hacen esperar un descenso adicional de la ya muy baja fecundidad del país. Hay un factor determinante que es la crisis económica, pero hay otros, como la paralización de los tratamientos de reproducción asistida. En este momento, casi el 10% de los niños que nacen en España provienen de estas técnicas.
Los tratamientos de reproducción asistida se han parado tanto en los hospitales públicos, centrados en atender a los enfermos de COVID-19, como en clínicas privadas. La mayoría pararon cuando la sociedad europea de fertilidad pidió precaución ante la falta de evidencia científica sobre cómo podía afectar el virus a una mujer embarazada. Ahora que la sanidad recupera poco a poco la actividad habitual es momento de retomar también la reproducción.
Más rupturas de pareja durante 2020
Otro de los factores que ha afectado al descenso de natalidad en este 2020 es el estrés emocional, la incertidumbre sobre el futuro. Es el motivo por el que parejas que estaban planeando quedarse embarazadas sin recurrir a técnicas de reproducción asistida ahora hayan decidido posponer el embarazo.
En China, durante la pandemia y el confinamiento se dio un aumento de rupturas de parejas. Y esta misma situación puede darse en Europa. Está claro que las tensiones que se pueden dar durante un tiempo prolongado de confinamiento, son un factor de desgaste y estrés emocional que puede llevar a estas rupturas.
Una cuestión directamente relacionada con la pandemia es el miedo a las nuevas enfermedades, no sólo por cómo afecta la COVID-19 u otras enfermedades en los bebés, sino también en los progenitores. Casi el 17% de las encuestadas admitieron esta causa para no tener hijos. El miedo a perder o dejar sin familia a los hijos es muy alto.
La natalidad en España y la COVID-19
La situación en España se sigue resumiendo en una población cada vez más envejecida, causada tanto por la baja natalidad y la gran esperanza de vida, la más longeva en el mundo. La preocupación por la inestabilidad económica causada por la COVID-19, la pérdida de empleo ha hecho que no suban el número de embarazos.
El Instituto Nacional de Estadística (INE) estima que la emergencia sanitaria va a impactar de dos maneras en la pirámide demográfica: por un lado, se prevé que habrá un aumento de la mortalidad entre los adultos, y por otro, el freno migratorio afectará las tasas de natalidad.
A esto hay que sumar un cambio en la mentalidad de las parejas jóvenes que se encuentran en edad de formar una familia con hijos. El 13,6% de estas parejas afirma que no quiere tener hijos, aunque tengan solvencia económica y estabilidad laboral. Su forma de vida no pasa por tener que cuidar de un bebé. Quieren disponer de todo el tiempo y recursos para su disfrute personal.
Recordemos que en ningún momento la Organización Mundial de la Salud ha desaconsejado que se inicien embarazos, ni de forma natural, ni con técnicas de reproducción asistida.