Es muy habitual ver este hecho de forma compulsiva entre los jóvenes y niños. Los adultos también sufren de este hábito aunque de menor manera. Los padres somos conscientes de este problema cuando observamos que siempre están sus dedos dentro de su boca y eso puede a la larga crear varios problemas. Cómo hacer que los niños no se coman las uñas tendrá que ser estudiado dependiendo de las costumbres de cada niño y sus inquietudes.
No olvidemos que no es cuestión de estética sino de que se pueden crear lesiones en los tejidos de alrededor, dolores estomacales por la ingesta de bacterias, alteraciones en los dientes e incluso deformación en la forma de los dedos. Observar qué es lo que lo está ocasionando sería primordial para atajar este problema.
¿Por qué los niños se comen las uñas?
Este hábito de comerse las uñas se hace de forma impulsiva y nerviosa. Se denomina onicofagia y se realiza de manera inconsciente. El niño puede que se muerda las uñas del dedo hasta no poder más, o puede que se arranque las pielecillas de alrededor de las uñas provocando terribles padrastros.
Si conseguimos definir la causa que está provocando este hábito, quizá podríamos atajar mucho mejor el problema. Es cuestión de analizar los motivos, ya que se puede tratar de momentos de ansiedad severos. Si el niño o niña está pasando por momentos de cambio, época de exámenes, la llegada de un hermano o ve que hay problemas familiares; seguramente esté enfocando su ansiedad en esta práctica. Hay que ayudar a que deje de lado su angustia y fortalecer su autoestima con técnicas de relajación.
Por otro lado, podemos observar que solo lo hace en momentos puntuales, por ejemplo, cuando está tranquilo viendo la televisión y ya esté asociando ese momento con la práctica. De esta forma hay que intentar que el niño se mantenga entretenido con algo en las manos.
¿Qué remedios podemos implantar para que los niños no se coman las uñas?
Tal y como hemos reseñado, el principal problema suele estar asociado con la ansiedad. Para poder combatir con este sentimiento es bueno que el niño pueda practicar deporte, que coma de forma saludable, tenga orden en su vida y en algunos casos graves puede practicar meditación o mindfulness.
Si tiene el hábito de hacerlo cuando está tranquilo, viendo la tele u observando algo, conviene que tenga algo en las manos. Si está entretenido con algún juguete antiestrés infantil, pelota o anillo será mucho más fácil que tenga la cabeza enfocada en el objeto.
Para casos muchos más graves hay padres que optan por poner tiritas en los dedos o cubrir las manos con guantes. Sería una táctica para ver en qué medida evoluciona. También hay productos que venden en las farmacias, un líquido que se unta en la zona a morder y sabe bastante amargo, pero puede que el niño se acostumbre al sabor y no le haga efecto este remedio.
Otros remedios que han surtido efecto es poner a las niñas y a los niños uñas artificiales (acrílicas, de gel o porcelana) para poder evitarlo. O en las niñas llegar a pintar las uñas para que se las vean bonitas.
No obstante, las manos del niño siempre tienen que estar limpias para evitar posibles bacterias en la boca. Las uñas deben estar bien limadas y las pielecillas quitadas para que no tenga ningún tropiezo e intentona en querer llevarse los dedos a la boca.
Para poder ayudarlo y que tome conciencia hay que explicar que es un acto muy feo y que se pueden coger infecciones innecesarias. Igualmente puede crear un desgaste en los dientes y hacerse molestas heridas. Siempre que se le llame la atención y llegue a cumplir con el remedio, es muy importante que se le premie con su buena voluntad. Haz que se dé cuenta que puede cumplir sus logros y prémiale con algún pequeño detalle.