Los hábitos de los niños cambian con la época. Hace algunas décadas era habitual ver a los niños quietos leyendo, pudiendo concentrarse durante largos ratos. Hoy día hacer que los niños presten atención durante tiempos prolongados no es algo fácil pues los peques están acostumbrados a experiencias de intervalos cortos.
Sometidos a una vida con muchos estímulos a su alrededor, prestar atención durante largos períodos se vuelve una tarea difícil. Esto sucede tanto en casa como en la escuela. Y si bien al mismo tiempo hablamos de una generación «multitasking», que puede prestar atención o realizar varias tareas al mismo tiempo, por otra parte se trata de niños que se distraen con facilidad.
Lograr la atención de los niños
La dispersión es un síntoma del mundo actual, un mundo acelerado del que los niños son parte. Cada vez se registran más niños con problemas de concentración, niños a los que les cuesta leer y comprender consignas. Que se distraen con facilidad al momento de realizar tareas o que no pueden permanecer quietos en el aula mientras la maestra explica un contenido. La alta carga de estímulos diarios ha desempeñado un rol fundamental en esta situación, lo mismo que el continuo bombardeo de información. Los tiempos cada vez son más cortos: los videos deben durar pocos, los twits suman apenas 140 caracteres, los tik tok son de escasos segundos.
¿Cómo hacer para que los niños presten atención cuando todo atenta en su contra? Es una difícil tarea que padres y educadores deben abordar. Lo más importante es captar ese primer período de atención para que entonces logre conectar con la actividad o situación. Una vez dentro, será más sencillo que mantenga la concentración. Para lograr esto, es importante conseguir un espacio por fuera del habitual, en donde los estímulos de la vida cotidiana puedan «detenerse» por un rato.
Aprender a prestar atención
Para hacer que los niños presten atención, es importante lograr cierto orden alrededor que colaborará con el orden interno que una persona debe tener para llevar adelante una actividad que requiere concentración. Quizás uno de los aspectos clave sea el alejar todos los dispositivos electrónicos que estén cerca. Sabemos que las tabletas, móviles, notebooks, videojuegos, etc. son grandes tentaciones para los peques. Por eso lo primero es mantenerlas alejadas para evitar distracciones.
El espacio de trabajo debe estar limpio y ordenado pues esto también ayuda a la tranquilidad a la hora de concentrarse. Una vez organizado el espacio, también es preciso organizar el día para que los niños puedan comprender la rutina, algo que también ayuda a la concentración. Para hacer que los niños presten atención es precios conocer el esquema diario. De esta manera, los niños pueden anticiparse y así sentir cierta paz mental que colaborará con la tarea de aprender.
Una de las claves para conseguir la atención está en no extender por demás los períodos de actividad. El cerebro de los peques aún está en desarrollo por lo que se recomiendan períodos de trabajo de no más de 40 minutos. Pasado ese lapso, es probable que comiencen a desoncentrarse. Las pausas son tan útiles como los períodos de trabajo pues permiten que los niños descarguen, que se muevan y conversen.
Dormir bien de noche y una dieta equilibrada también son claves para hacer que los niños presten atención. Los alimentos ricos en vitaminas, fósforo, calcio y proteínas elevan la energía y vitalidad. El buen sueño asegura la baja irritabilidad y evita la somnolencia o un cerebro demasiado apagado.
Por último, es recomendable incentivar a los niños con palabras alentadoras que ratifiquen el buen trabajo que realizan en la medida que avanzan. Es importante que al ayudar a que los niños mejoren la concentración se les reconozca el progreso a medida que sucede. Si se trata de niños distraídos, las rutinas deberán ser más específicas. Incluso es posible utilizar recordatorios, alarmas y ayudas memorias para que se organicen mejor y presten atención a todo.