Cómo hacer que mi hijo comparta sus juguetes

Cómo hacer que mi hijo comparta sus juguetes

Sabemos que todos los niños deben de compartir sus objetos. No es un hábito con el que han nacido sino un hábito del cuál tienen que ir aprendiendo según se desarrollan. Hasta los tres años no aprenden en teoría este concepto y los padres somos la mejor clave para hacer que nuestros hijo comparta sus juguetes.

El niño hasta que cumple los tres años se instruye particularmente con la teoría de que todo lo que le rodea habitualmente es suyo. No hay razón por compartirlo nada con nadie, pues solo tiene un dueño. No entienden el concepto de como algo que tienen pueda estar en manos de alguien, no comprenden que puedan llegar a compartirlo.

¿Por qué los niños no quieren compartir sus juguetes?

Porque compartir es una habilidad aprendida y no habilidad natural. Los niños se desarrollan con este concepto egocéntrico, reconocen que todas las cosas que ellos visualizan son de su propiedad, sin captar la idea de que esos objetos pueden llegar a pertenecer a otras personas.

Hay niños que les cuesta mucho más este concepto que a otros. El término dar y recibir es difícil de asimilar dentro de su cabeza y esta situación comienza a aparecer cuando en su vida comienzan a aparecer niños con los que tienen que compartir juegos. La buena noticia es que el hecho de compartir juguetes pueda ser algo arduo de comprender, pero hay que tener paciencia ya que con el tiempo y un buen entrenamiento aprenden perfectamente a compartir.

Niños realizando una actividad en común.
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¿Cómo enseñar a mi hijo a que comparta juguetes?

Los niños comprenden el concepto de compartir a partir de los 3 años. Decir a un niño que tiene que ceder con un juguete y que ya lo recuperará puede significar muy poco para él, pues no lo comprende. A partir de aquí todo pueden ser rabietas y malas respuestas, pues todavía no controlan bien sus impulsos. No entienden que, aunque compartan, pronto les llegará su turno y podrán volver a tener ese objeto en sus brazos. Ante esta situación no hay que desesperarse, puede que exista la frustración, pero dentro de ellos ya se están ejecutando sus habilidades de comprensión y ya van madurando.

Cómo hacer que mi hijo comparta sus juguetes

El buen ejemplo de compartir puede servir de réplica cuando lo viven desde casa. Este concepto es mucho más fácil de comprender cuando este valor lo ven en su entorno. Los padres pueden ser un buen ejemplo de compartir comida u objetos que tienen en la mano para recordar el hecho de compartir. También el hecho de que nosotros lo hagamos con el resto de personas.

Los niños tienen que jugar con otros niños para ejemplarizar con muchos de sus valores. Interactuar con niños hace que se desarrollen muchas de habilidades cognitivas. En este caso aprenden a ceder y a darse cuenta de que compartir no es nada malo.

Jugando comprenderán que no todo lo que tienen es suyo, sino que también es de todos. Tendrán que observar que no pasa nada porque su amigo les coja su cochecito, porque más tarde se le ofrecerá la oportunidad de poder escoger otro objeto y jugar con él.

Cómo hacer que mi hijo comparta sus juguetes


Hay que hacerlos distinguir que hay cosas que son de todo el mundo: un columpio, un asiento, comida… y que otras son de uso personal y que son suyas, pero con la intención de poder compartirlo. Aún con esto hay que respetar cuando el niño esté jugando y no quiera ceder porque tiene su derecho, también debemos  respetar sus cosas.

No está demás hacer que exprese cómo se siente, para poder hacer una valoración de cómo traduce todo lo que está aprendiendo. De esta forma calificaremos su frustración, sus emociones positivas o sus enfados, para poder seguir ayudándoles en todo lo positivo.

Como conclusión no hay que criticar nunca su comportamiento, ya hemos reseñado que compartir en un acto del que tienen que aprender y la habilidad de hacerlo dependerá de un niño a otro. Cada niño se desarrolla a su ritmo y no por ello podemos calificar su actitud como negativa ni recriminarle con frases ofensivas como “eres un egoísta” o “eres un niño muy malo”.


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