Cómo hacer un taller de risoterapia para niños en casa

Risoterapia para niños

No hay nada para mejorar el humor como una buena sesión de risoterapia. Porque está demostrado que a través de la risa se liberan hormonas que producen felicidad, bienestar y beneficios mentales, así como emocionales. La risoterapia está recomendada tanto para los niños como para los mayores, así que no hay que buscar más excusas para organizar un sencillo taller de risas para toda la familia.

Seguro que en más de una ocasión has experimentado una risa contagiosa, especialmente de los niños. Los pequeños tienen esa capacidad innata de hacer que todo sea especial, original, inocente. Por lo que una risa de un niño puede hacer cambiar el humor de cualquier persona, incluso de los más serios. Para que puedas organizar un taller de risoterapia en casa, te dejamos con estos consejos.

Taller de risoterapia para niños

Risoterapia para niños

La risoterapia consiste en alcanzar un estado de bienestar físico y mental a través de la risa, por lo que se puede utilizar cualquier medio que provoque este estado. Como se trata de hacer una sesión de risoterapia con niños, hay que buscar opciones fáciles, que estén a su alcance para que puedan participar en el taller. Prepara un espacio amplio, donde os podáis tirar al suelo sin problema, ropa cómoda, zapatos fuera y que comience la risa.

Para empezar, puedes hacer una ronda de muecas. Cada participante tiene que girarse hacia la persona que tiene al lado y hacer la mueca más divertida que se le ocurra. Como es posible que los niños no sepan qué es una mueca o cómo hacerla, empieza tú para que ellos puedan imitarte y encontrar sus caras más graciosas. Las risas se irán contagiando de unos a otros y acabaréis con lágrimas de alegría.

Después puedes continuar con un baile loco, por parejas tendréis que ir inventado el baile más alocado y desorganizado que cada uno pueda imaginar. El objetivo es provocar la risa de todos los participantes del taller de risoterapia, así que no tengas apuro de hacer los movimientos más estrafalarios. Cuando uno empieza los demás se contagian y ya no se puede parar de reír.

Cualquier opción que cause risa es adecuada para un taller de risoterapia, además, cuantas más personas participen mucho mejor. Así que una buena idea puede ser celebrar un taller de risas en una visita familiar estas vacaciones, con los amigos y las personas más mayores. Porque si hay alguien que se beneficie de esta actividad, son los mayores y las personas con problemas emocionales.


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