En un día tan importante como hoy, Día Mundial Sin Alcohol, aún nos sorprende más que algunas de vosotras nos preguntéis sobre si se puede consumir alcohol durante la lactancia. En este sentido queremos decir que cada cual es responsable de las decisiones que tome, pero consumir alcohol durante el embarazo y la lactancia conlleva importantes riesgos.
Hablamos de un consumo continuado, que tiene importantes consecuencias sobre el lactante. Pero una copa de vino o cerveza, que tampoco son recomendables, puedes permitirte siguiendo algunas pautas y consejos.
Efectos negativos del alcohol sobre la madre y el lactante
Es conveniente que durante la lactancia no tomes nada de alcohol. En especial en los primeros tres meses de vida del niño, ya que las tomas son muy seguidas. Una vez que haya pasado este tiempo, puedes beber, si te apetece, cantidades pequeñas, esporádicas y alejadas de las tomas. Hablamos de que una caña o una copa de vino blanco o tinto, es indiferente, una o 2 veces por semana es una cantidad tolerable. Si te decimos lo de si te apetece, porque también es muy probable que tu cuerpo ya no tolere de la misma manera el alcohol y hasta una caña te suponga demasiado.
En algunos casos de consumo cotidiano y abundante, sin llegar a ser excesivo, se ha comprobado que el consumo de alcohol puede causar sedación, desmedro, irritabilidad y retraso psicomotor en el lactante. Y en los casos más graves coma, convulsiones y hasta la muerte del bebé.
Respecto a si el consumo de alcohol hace que se produzca más o menos leche hay controversia. Por un lado, aumenta discretamente los niveles de prolactina, también seda al lactante con lo que a la vez inhibe la secreción de oxitocina de la madre. Por tanto se puede reducir la producción de leche.
El olor de tu leche también se verá afectado, si tomas una o dos copitas, se volverá más fuerte. Así que corres el riesgo de que tu hijo o hija lo rechace directamente.
¿Cuánto tiempo debe pasar antes de amamantar si he bebido?
La mayor concentración de alcohol en sangre y por tanto también en leche se da entre los 30 y los 60 minutos después de su ingesta si se ha hecho en ayunas. Así que si después de estar amamantando a tu hijo durante tres meses, y una vez que las tomas ya son más espaciadas, quieres tomarte una caña se recomienda que lo hagas después de su toma. Es recomendable que pasen 3 o 4 horas hasta la próxima toma. Así el nivel de alcohol será bajo o nulo.
A modo orientativo, ya que también depende del peso de la madre, una mujer de unos 60 kilos, debe esperar dos horas y media si bebe una copa de vino, cinco horas si se ha bebido dos tercios de cerveza y siete horas y media si bebe tres copas de licor.
¿La cerveza hace que tenga más leche?
El primer mito que queremos desechar es que la cerveza aumente la producción de leche. Lo que sí tenemos que decir a su favor es que la cerveza 0,0% y la sin alcohol (<1%) sí se pueden tomar durante la lactancia, e incluso se ha visto el aumento de propiedades antioxidantes en la leche de mujeres que la consumen con cierta periodicidad.
Lo que ocurre respecto a esta idea de la cerveza y el aumento de la leche es que ciertos estudios demostraron que los azúcares que se encuentran en la cebada, siempre que la cerveza esté hecha con este cereal, son capaces de inducir la secreción de prolactina. Esta es la hormona responsable de la producción de leche materna. Por tanto es la cebada, pero no el alcohol lo que puede ayudarte a producir más leche.
El agua de cebada puede ser una opción a la cerveza. Se obtiene directamente de los granos, es muy rica en fibra, con lo que ayuda a reducir el colesterol y alivia los problemas de estreñimiento. Además le aportará a tu leche proteínas, minerales y vitaminas. Y por sus cualidades relajantes, te ayudará a dar mejor de mamá a tu bebé, sobre todo en los primeros días.
En este artículo tienes información sobre las consecuencias de consumir alcohol durante el embarazo.