Los niños con un carácter demasiado fuerte pueden suponer un auténtico desafío para los padres y los profesores. Se trata de un tipo de personalidad enérgica a la vez que obstinada que puede resultar difícil de manejar en diferentes situaciones. Sin embargo, es importante incidir en el hecho de que esta característica no tiene por qué ser negativa; de hecho, cuando se sabe manejar, puede ser canalizada hacia comportamientos constructivos.
En el siguiente artículo vamos a darte una serie de pautas o recomendaciones a seguir que te ayuden a lidiar con un niño con un carácter fuerte.
Cómo es un niño con carácter fuerte
Un niño con carácter fuerte suele enfadarse por hechos cotidianos del día a día, como es el caso de la comida o en el momento de irse a dormir. Lo normal y habitual es que un niño con carácter fuerte tenga las siguientes características:
- Un niño con una conducta fuerte suele desafiar continuamente. Esto va a suponer no hacer caso a los padres y saltarse las normas impuestas en el seno familiar.
- Quiere y necesita saber el por qué de las cosas. De lo contrario se enoja y se enfada con la persona que fija la actividad a realizar.
- Los arrebatos de ira son una de las características más claras de los niños con un temperamento fuerte.
- También se va a caracterizar por tener un poca tolerancia a la frustración.
- Un niño con un carácter fuerte suele mandar de manera habitual con respecto a los demás. Suele expresar de que manera deben hacerse las cosas tanto a otros niños como a los adultos.
- La falta de paciencia es otra de las características más claras de un niño con temperamento fuerte.
- Al tener un carácter dominante a la vez que desafiante, no suele escuchar y no sigue las reglas establecidas.
- Un niño con un comportamiento fuerte suele marcarse su propio ritmo en lo que hace referencia a sus actividades del día a día. Si algo no le interesa lo más mínimo, va a su propio ritmo. Mientras que si algo le interesa puede llegar a acelerarse más de la cuenta.
Qué hacer si un niño tiene un carácter demasiado fuerte
Aceptar su personalidad
El primer consejo no es otro que el de aceptar al pequeño tal y como, tanto con sus virtudes como con sus defectos. Tener el carácter fuerte no tiene por qué ser algo negativo, ya que puede ser una señal clara de cierto liderazgo.
Establecer una serie de límites
A pesar del carácter fuerte de tu hijo, es esencial el fijar y establecer una serie de límites claros que le ayuden a tener seguridad y confianza en su persona. No tengas miedo de establecer una serie de normas y reglas junto a unas consecuencias justas. Debes ser firme a la hora de comunicar dichos límites a tu hijo.
Buena comunicación
Es importante escuchar de una manera activa a tu hijo y fomenta un buen ambiente donde pueda expresar sus pensamientos y sentimientos de una manera libre y sin temor a ser juzgado y criticado. Esto le ayudará a sentirse comprendido además de reducir la frustración que puede llevar a comportamientos fuertes y desafiantes.
Centrarse en el comportamiento del niño
Cuando vayas a corregir a tu hijo, es bueno el centrarse en el comportamiento específico en lugar de poner etiquetas a su personalidad. Por ejemplo, en lugar de decir «Eres cabezón y terco», debes decir «No me gusta cómo te estás comportando».
Ofrecer opciones limitadas
Si tu hijo tiene un carácter demasiado fuerte, es aconsejable darle opciones limitadas para que sienta que tiene cierto control sobre su vida. Por ejemplo, en lugar de preguntar «¿Qué quieres hacer hoy?», podrías decir «¿Qué es lo que prefieres: ir al parque o quedarte en casa jugando?»
Enseñar a controlar las emociones
Otras de las pautas a seguir es la de ayudar al niño a identificar y manejar sus emociones de una manera válida y adecuada. Debes darle diferentes estrategias para que sepa calmarse cuando se sienta enfadado, como es el caso de respirar profundamente o contar hasta diez. El control de las emociones es clave a la hora de que el carácter fuerte se apacigüe lo máximo posible y no vaya a más.
Recompensar el comportamiento positivo
Muchos padres cometen el gran error de no felicitar a su hijo cuando hace algo bien. Se centran por completo en lo malo y se olvidan totalmente de lo bueno. Hay que reconocer y elogiar el comportamiento positivo de tu hijo. Las recompensas pueden consistir en ciertos elogios verbales, en pasar tiempo de calidad en familia o en ciertos privilegios especiales.
Los padres deben ser un modelo para sus hijos
Los niños aprenden observando la conducta o comportamiento de los padres. Es por ello que es importante que los propios padres sean un modelo a seguir. Los adultos no deben perder los papeles en ningún momento y saber manejar las diferentes emociones de una manera tranquila a la vez que constructiva.
Realizar actividades que ayuden a canalizar la energía
Los niños que tienen un carácter fuerte suelen tener mucha energía. Es por ello que es aconsejable el fomentar actividades físicas y creativas que ayuden a canalizar la energía del pequeño de una manera positiva como es el caso del deporte.
Ayuda de un profesional
En algunos casos la ayuda de un buen profesional puede resultar clave a la hora de saber manejar el comportamiento del niño. De esta manera, un terapeuta infantil puede ser de gran ayuda a la hora de controlar la conducta o temperamento del niño.
En definitiva, tratar con un niño de carácter fuerte puede ser un auténtico desafío para los padres, pero con paciencia y siguiendo unas estrategias adecuadas, el niño puede llegar a desarrollar habilidades en lo que concierne al manejo de emociones y comportamientos positivos. Recuerda que cada niño es diferente, por lo que es importante adaptar dichas estrategias a las necesidades individuales de cada niño, además de mantener una comunicación abierta a la vez que respetuosa.