Podría parecer poco creíble, pero en realidad es que las madres tóxicas existen. Hay situaciones de gran complejidad cuando en una familia hay conflictos todos los días y más cuando no podemos evaluar si el problema es de los hijos porque son adolescentes, o porque los propios padres son tóxicos.
Ante este tipo de dudas debemos analizar dónde está el problema y quién es el que rige el gran conflicto. Como hijos debemos evaluar si una madre resulta ser incapaz de mantener una familia estructurada. Aquí te detallamos cómo saber si tienes este tipo de relación y cómo lidiar con una madre tóxica.
¿Cómo identificar a una madre tóxica?
Es lo primero que hay que identificar para reconocer a una madre tóxica. Si te resulta intranquilo estar con ella e incluso llega a ser un sufrimiento, habrá que analizar una serie de detalles. Este tipo de relaciones absorben tanto a las personas que ni ellas mismas se dan cuenta de esa situación. Generalmente este tipo de personas tienden a manipular y fuerzan a que los demás actúen o digan cosas que no quieren. Además, acaba siendo tan poco aceptable estar con esa persona que aunque lo intentes no eres capaz.
La persona que manipula siempre intentará llegar mucho más allá y sin quererlo está creando un desgaste emocional muy grande en la otra persona. Como hijo puedes llegar a sentir un gran malestar llegando a tener jaquecas, estrés o ansiedad.
Una madre muy controladora también influye mucho en las decisiones y en la alta autoestima de un hijo. Un hijo siempre controlado, incluso llegado a una edad adulta determinará que no es capaz de llevar su propia autonomía.
Suele pasar cuando una madre quiere que su futuro sea mejor que el que ha tenido con sus propios padres. Dan por hecho que ahora tiene mayor acceso y más recursos educativos que los que tenían ellos. Es por ello que no piensan en los límites de sus hijos o en sus capacidades, ni en su propia libertad para opinar.
Cómo lidiar con una madre tóxica
A pesar de muchas de las discrepancias y el alto apego en este tipo de relaciones, la mejor solución que se puede crear es la de tomar distancias. No sabemos si es el tipo de relación es de total indiferencia, pues hay madres que suelen ser demasiado indiferentes respecto a la vida social de sus hijos o sus inquietudes. Si es de esta manera no habrá tantos efectos perjudiciales con tal decisión, aunque tampoco hablamos de un distanciamiento radical.
Se puede crear este tipo de distancia para poder aclarar las ideas, de esta forma se podrá recapacitar en todas esas malas conductas y recuperar la estabilidad emocional. Si no es concluyente este efecto se puede optar por mejorar la comunicación. De una forma correcta y apacible hay que plantear cómo son los conflictos y por qué surgen, pero detrás de esta mejora hay que practicar la escucha activa (hay que hacer el esfuerzo de escuchar a la otra parte).
Hay que entender que una madre quiere a sus hijos, pero por diversas razones puede que se vuelva introvertida o narcisista, desde fuera parecen las madres perfectas, pero en casa tienen otro temperamento. Si la mejor medida es crear una separación tendrás que ponerte en tu situación y hacer ver que eres lo suficientemente maduro para tomar decisiones.
Si es tu madre la que necesita apoyo tendrá que lidiar con algún tipo de terapia individual. Hay madres que no pasan por su mejor momento, que tienen rachas de emociones inestables o son adictas a algún tipo de sustancia. Es aquí cuando necesitan esa ayuda.
No hay mejor forma que poder compartir esas discrepancias, pero con algún tipo de separación. Hay que intentar aceptar a una madre tal y como es, quizás es la opción más drástica que se ha propuesto, pero seguro que también se puede emprender de esta forma un buen comienzo.