Desde el momento que nuestro bebé nace, tenemos siempre un sinfín de dudas que se convierte en preguntas. Pero es algo habitual, ya que estamos ante una personita indefensa que debemos cuidar y como no, atender a sus necesidades más básicas. Una de ellas es el cuidado de sus ojos, porque se trata de una zona sensible. ¿Sabes cómo quitar las legañas del recién nacido?
Es algo vital, porque como parte sensible de su cuerpo, cualquier mínima cosa puede hacer que se irriten. Pero como hemos comentado, no hay de qué preocuparse porque es algo de lo más habitual. Eso sí, no por ello vamos a dejarlo pasar. Así que, te contamos los mejores pasos a dar para limpiar bien esa zona como son los ojos.
Por qué aparecen las legañas en el bebé
Tan pronto como nacen, podemos ver cómo tienen una especie de secreción ocular. Algo que es de lo más habitual entre los bebés, quizás porque se debe a que la zona del lagrimal tiene una ligera obstrucción. Pero desde luego no es para alarmarse ni mucho menos. Simplemente es que tras el nacimiento puede que le lleve un poco más de tiempo en abrirse dicha zona, y es que suele ser un tanto más estrecha. De ahí que si llora, también quedará más acumulado y aparezca una especie de líquido o sustancia que queda más pegajosa. En ocasiones se da solo en un ojo o bien, en ambos. Seguimos mencionando que suele ser de lo más habitual, por si ya te estás echando las manos a la cabeza.
Claro que por otro lado, también es frecuente ver cómo los recién nacidos tienen los ojos un tanto hinchados. Esto da lugar a verlos más enrojecidos y también con una sustancia como si fuera pus. En este caso puede tratarse de una infección o de conjuntivitis, que también existe ya entre los recién nacidos. Aunque ya sabemos que puede aparecer en diferentes momentos de su vida. Sea como fuere, ahora ya conoces dos motivos por los que pueden aparecer las legañas del recién nacido.
Cómo quitar las legañas del recién nacido
Una de las técnicas más usadas para limpiar las legañas del recién nacido, es con suero fisiológico. Por lo que cuando están bastante pegadas, lo que debemos hacer es echar el suero en una gasa e intentar recoger la legaña, pero sin arrastrarla. Porque sino, puede que se vuelva a quedar por el ojo.
Si por otra parte es el ojo que está muy cerrado, también conviene humedecerlo un poco con la finalidad de que se despegue, para luego retirar la legaña. Pero siempre tenemos que hacerlo con mucha suavidad, porque hay que recordar que la piel del pequeño está muy sensible. Si no tienes el suero, siempre puedes hacer lo mismo pero con un poco de agua que no esté demasiado fría. Recuerda que cada ojo tiene que ser limpiado con una gasa diferente. Ni qué decir tiene que antes de comenzar con el procedimiento, debemos lavar bien nuestras manos. Ya que así evitaremos pasarle cualquier tipo de germen. Intenta limpiar bien hacia el extremo del ojo. Seguro que lo conseguirás antes de lo que crees.
Los ojos necesitan cuidado diario
La higiene diaria es uno de los pasos fundamentales en el cuidado del recién nacido. Por eso debemos prestar atención a ciertas zonas de su cuerpo, que son todavía más sensibles. Ya que como haya solo una mínima cantidad de polvo, ya les puede afectar a sus ojos. De ahí que se aconseja limpiar los ojos tanto al despertar como por la noche. Sobre todo cuando vemos que las legañas siguen estando presentes. Recuerda también que es preferible no usar algodón, porque ya sabemos que este puede dejar restos y no sería conveniente.
Si ves que los ojos están muy rojos y que la secreción es un poco más densa, entonces podemos hablar de la conjuntivitis que antes mencionamos. Por lo que no debemos olvidar la visita al médico para que nos indique la mejor solución.