Cómo reconocer la fimosis en niños y cómo tratarla

fimosis en niños

La fimosis en la mayoría de los casos no se considera patológica, pero puede llegar a serlo si sigue pasados los 5 años de edad. Hoy os explicamos qué es, cómo se manifiesta y cómo solucionarlo.

Se llama fimosis y es un estrechamiento del prepucio, o el colgajo de piel que cubre la punta del pene. Fisiológicamente en los primeros años de vida, en el 90% de los niños esta alteración anatómica se ‘resuelve’ espontáneamente.

 Sin embargo, puede ocurrir que el problema continúe con los años o surja en la edad adulta, provocando ardor al orinar, dolor durante las relaciones sexuales y un mayor riesgo de desarrollar infecciones, con un efecto negativo en la calidad de vida.

Para evitar que esto suceda, es importante desde la primera molestia confiar en el especialista que, habiendo establecido la extensión del problema, decidirá la terapia más adecuada para solucionarlo y decidirá si se interviene quirúrgicamente.

Fimosis: ¿fisiológica o patológica?

También llamada ‘estrechamiento prepucial’, la llamada fimosis es una alteración de la anatomía del prepucio, es decir, de la capa mucocutánea que rodea la punta del pene o glande. Este estrechamiento impide el correcto deslizamiento del prepucio sobre el glande.

En los primeros años de vida, esta condición es una peculiaridad de la morfología anatómica genital masculina y generalmente tiende a resolverse espontáneamente después de los 5 años. Por este motivo, la fimosis no se considera una patología en sí misma.

Sin embargo, si la condición persiste, surge en la edad adulta o no se trata adecuadamente, puede tener graves consecuencias y tener un impacto negativo en la calidad de vida de los hombres afectados.

Las categorías de la fimosis

La condición de estenosis (estrechamiento) del prepucio se puede clasificar según el origen del problema y según la entidad/gravedad del mismo. En el primer caso, podemos hablar de:

  • fimosis congénita: el estrechamiento está presente desde el nacimiento, pero generalmente se resuelve por sí solo alrededor de los 5 años. Sin embargo, si persiste, puede causar molestias y complicaciones.
  • Fimosis adquirida: la condición de estenosis se presenta en la edad adulta, como consecuencia de infecciones del glande que provocan cicatrices que se adhieren al prepucio. En estos casos, la micción, la erección y las relaciones sexuales son molestas o dolorosas. La fimosis adquirida también puede depender de traumatismos debidos a la llamada gimnasia prepucial, o a las maniobras de deslizamiento de la piel del prepucio a veces realizadas de forma incorrecta.

Por otro lado, dependiendo de cuán extensa sea la contracción, se distingue en:

  • fimosis parcial: el glande está parcialmente descubierto y suele ocurrir durante la erección. Esta condición podría convertirse en parafimosis o «asfixia del glande»: el prepucio se retrae pero luego permanece «pegado y enrollado» debajo del glande.
  • Fimosis apretada: el estrechamiento del prepucio es total y es imposible descubrir el glande. Además de causar síntomas más intensos, esta condición también genera mucha vergüenza e incomodidad en los hombres, ya que no permite la erección del pene.

Síntomas

En los niños , la fimosis puede causar algunas molestias al orinar. Generalmente, a partir de la adolescencia suelen aparecer síntomas más intensos que, en las formas más graves, son:

  •  disuria (dificultad para orinar);
  •  dolor durante las erecciones;
  • dificultades en las relaciones sexuales.

Otra complicación habitual de la fimosis es la aparición de infecciones, facilitada por el estancamiento del esmegma (acumulación pastosa y blanquecina de las secreciones producidas por los genitales masculinos) y de la orina. Los más frecuentes son:

  •  balanopostitis;
  •  balanitis en forma aguta.

El prepucio también aparece doloroso, a veces con comezón y enrojecido. Finalmente, muchas veces del meato uretral (orificio por donde sale la orina y los espermatozoides) sale una secreción amarillenta que genera irritación.

Diagnosis

Para confirmar que la fimosis es patológica hay que esperar a que el niño cumpla 5 años. Si el estrechamiento prepucial no se ha resuelto de forma espontánea, es imprescindible pedir una consulta con el pediatra.

Para el diagnóstico no son necesarias pruebas instrumentales, sino que basta una exploración física por parte del médico. En el caso de fimosis adquirida con ardor al orinar, sin embargo, el especialista puede solicitar análisis de orina para identificar cualquier rastro de infección de uretra o vejiga.

El cuidado

Por recomendación del especialista, los casos leves pueden tratarse con terapias locales con ungüentos a base de cortisona (por ejemplo betametasona), especialmente útiles en niños, para aumentar la elasticidad de la piel.

También se pueden realizar ejercicios de gimnasia prepucial, con unos movimientos delicados destinados a descubrir el glande. Sin embargo, es importante que estas maniobras se practiquen siguiendo las indicaciones del médico ya que, como hemos menciondo anteriormente, si no se hacen bien podrían incluso agravar la condición.

En el caso de una fimosis estrecha o que implique una evidente alteración de la micción, el especialista puede decidir intervenir quirúrgicamente con circuncisión.

Circuncisión

La técnica más utilizada para resolver la fimosis severa es la circuncisión, operación que consiste en la extirpación del prepucio.

Es un procedimiento generalmente realizado bajo anestesia general en niños y localmente en adultos y basado en el uso de suturas en material reabsorbible, las cuales se disolverán espontáneamente a los pocos días.

La circuncisión resulta ser la intervención más efectiva porque:

  • permite una rápida recuperación de las funciones del sistema genital (micción regular inmediatamente después del procedimiento y reanudación de las relaciones sexuales después de algunas semanas);
  • implica un menor riesgo de infecciones en la zona genital.

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