¿Cómo saber si quiero ser madre? Es una de las grandes incertidumbres de muchas mujeres, sobre todo cuando comienzan a cuestionarse un momento tan personal. ¿Realmente estamos preparadas a dar un gran salto? Seguramente hayas hablado con tu pareja ante tan posibilidad y las respuestas siempre han sido indecisas.
En realidad, la respuesta siempre forma parte del interior de una persona. Hay muchas mujeres que tienen la certeza de dar ese paso, pero otras, y por temas económicos, todavía plantean dudas a esa gran pregunta. No obstante, siempre podremos analizar una serie de detalles y preguntas para poder analizar en qué nivel están todas estas señales.
El deseo de tener un bebé
Tener un hijo requiere de mucha responsabilidad y esfuerzo. ¡Pero realmente es algo tan bonito! Puede resultar agotador el mantener la compostura día a día, pero todo se compensa con ese gran amor. Incluso, hay mujeres que experimentan ese gran paso y se animan a volver a ser madres.
El deseo de ser madre es algo que se interioriza desde lo más profundo. Quizás no es el momento o no estés preparada, pero el deseo es irrefutable. Vivimos en una sociedad dónde las mujeres tardan más en plantearse su maternidad, la media a la que se puede esperar un hijo es sobre los 32, un dato muy alejado de los 24 a 26 años de media en los años 80.
Si no sabes si tu certeza es firme, quizás tengas que valorar esa responsabilidad. Lo que se desea ha de nacer desde el interior, con una sensación cálida que inunda todo el cuerpo, además se confirma con una pequeña sonrisa. ¿Conoces a alguien cercano que va a ser madre? Seguramente tengas algo de resentimiento y ese es uno de los indicios.
No importa adaptar tu vida a una nueva vida
El sacrificio se recompensa con la nueva maternidad y todo lo que explora. Muchas parejas han de dejar de lado muchas de sus aficiones y centrarse en los cuidados. Todo no es camino de rosas, pero muchas mujeres se centran en que tener un hijo crea un vínculo inseparable ente madre e bebé, como poder ir al parque juntos, jugar juntos e incluso será muy satisfactorio ofrecerle la lactancia materna. Hay que reflexionar sobre la decisión de tener un hijo y de forma real y consensuada.
No son todos puntos negativos, ya que hay personas que son muy entregadas y no pretenden echarse atrás por diversos sacrificios. Llevar un embarazo durante 9 meses, dar a luz y mantener un bebé durante varios años con llantos y cuidados, dormir poco… son tareas que animan a echarse atrás, pero para otras personas se suple con ese amor incondicional.
Factores para tomar una decisión simple
Son varios puntos que ha de tomarse en cuenta, sin duda, uno de los motivos principales que animan a no tener descendencia, es hasta no alcanzar una estabilidad económica. ¿Tienes o tenéis un trabajo temporal? ¿No disponéis de los ingresos necesarios? Hay que sopesar los gastos que acarrearán tener un hijo, ya que los gastos en la unidad familiar subirán considerablemente.
¿Eres una persona emocionalmente estable? Este es otro de los factores que inciden en tal decisión. Las decisiones hay que tomarlas con pie firme y enfrentarse a los desafíos de forma neutral. Es algo costoso, pero que con el tiempo se va consolidando.
Ventajas de ser madre a partir de los 30 años
Cada vez hay más mujeres que deciden quedarse embarazadas a partir de los 30 años. Son varios los factores que conjuntamente hacen viable que una pareja o madre puedan tener descendencia.
- La relación entre los dos conyugues ha de ser estable.
- Tener una solvencia económica y una vivienda.
- La madre y su pareja han de ser consensuados con la crianza y tener una mente madura. Antes era una pareja que disfrutaba de su tiempo solos, ahora su vida se acota con la llegada de un hijo.
Inconvenientes para retrasar la maternidad
Tener un hijo a una edad avanzada puede plantear algunos problemas tanto para la madre como para el futuro bebé. El cuerpo de una mujer a partir de 40 años puede estar en forma, pero no goza de la misma salud que en años anteriores. De ahí que se presenten algunas complicaciones.
A continuación, se enumeran algunos de los problemas con los que nos podemos encontrar al retrasar el deseo de la maternidad:
- Riesgo de aparición de diabetes o aumentar la presión arterial.
- Dificultad para concebir, ya que que le cueste más o directamente no pueda y deba acudir a técnicas de reproducción asistidapara conseguirlo.
- Los partos se consideran de riesgo a partir de 37 años, son más complicados y dolorosos. La tasa de cesáreas es elevada.
- La salud del bebé también se ve afectada por la edad materna, ya que con la edad es más probable que el niño padezca alguna anomalía genética. Por ejemplo, las probabilidades de síndrome de Down (trisomia del cromosoma 21) son 1/1250 cuando la mujer tiene 20 años; mientras que en mujeres con más de 40 años tienen un riesgo de 1/30 de tener un bebé con Síndrome de Down.