Como dijo el filósofo alemán Ludwig Feuerbach: “Somos lo que comemos”, y en el caso de los fetos es totalmente cierto. Y es innegable: nuestro cuerpo está formado por moléculas de sustancias que se derivan de los alimentos que ingerimos a diario.
En el vientre de la madre, el feto puede alimentarse y respirar gracias a la placenta. Así le llega la comida y el oxígeno.
Cuando está en el vientre de la madre, el feto puede alimentarse y respirar a través de la sangre que circula en el cordón umbilical, que se origina en la placenta. Es de este conducto, que conecta al bebé con la madre, que el bebé puede recibir las sustancias que necesita para vivir, como si estuviera comiendo y respirando.
Durante los nueve meses de embarazo, la placenta proporciona al feto un flujo continuo de alimento y oxígeno y elimina lo que el metabolismo del bebé no necesita.
¿Cómo llega la comida al feto?
Los alimentos pueden llegar al feto gracias a las vellosidades coriónicas, que forman la parte embrionaria de la placenta. La placenta constituye, al mismo tiempo, una barrera para una parte de la sangre y un filtro para la parte restante, es decir, para las sustancias que deben poder intercambiarse entre la madre y el bebé en su útero, incluidas las hormonas y anticuerpos de la madre.
Ricos en capilares, absorben los nutrientes de los vasos sanguíneos de la madre. De esta forma, el bebé recibe el alimento que necesita, asimilándolo del organismo de la madre. Por ello es muy importante que la mujer embarazada mantenga una alimentación sana y equilibrada, porque todo lo que le llegue al bebé influirá en su crecimiento y salud.
Aunque no es posible saber exactamente cuánto tiempo después de que la comida llega al feto, el bebé generalmente ingiere rápidamente los nutrientes esenciales. Para sentir los movimientos, algunas madres comen algo dulce. Esto se debe a que, a diferencia de las macromoléculas más complejas, la glucosa llega rápidamente al bebé a través de la placenta y el cordón umbilical.
Cómo se produce la respiración fetal
La respiración fetal comienza a partir de la duodécima semana. Mientras está en el útero, el bebé está sumergido en líquido amniótico y aún no puede respirar de forma autónoma a través de los pulmones, que solo serán funcionales al nacer. El oxígeno llega al feto a través de la placenta y la vena umbilical, saliendo de la sangre materna, en la que está más concentrado, y pasando a la sangre fetal que, por el contrario, es muy pobre, cediendo dióxido de carbono y desechos a la primera. Se ha demostrado que un suministro limitado de oxígeno puede retrasar el desarrollo del bebé y que la placenta es sensible a la nicotina: por eso se recomienda dejar de fumar durante el embarazo. Por el contrario, las actividades que permiten a la madre respirar profundamente, como hacer deporte o subir escaleras, actúan como un ejercicio saludable para el bebé.
De hecho, se podría decir que los bebés no respiran en absoluto cuando están en el vientre de la madre. Más bien, se alimentan de oxígeno y otros nutrientes, como vitaminas y proteínas, a través de la sangre del cordón umbilical.
¿Cuánto tiempo tarda la comida en llegar al feto?
Parece que a partir de la octava semana de embarazo el feto está dotado de papilas gustativas, y posteriormente estas papilas comienzan a conectarse con el cerebro, dando lugar así al desarrollo del sentido del gusto.
¿Cómo llega el oxígeno al feto?
El feto necesita un suministro constante de oxígeno durante el período «perinatal» inmediatamente antes y después del nacimiento. Este oxígeno lo suministra la madre a través de la placenta y el cordón umbilical hasta que el bebé nace y puede respirar por sí solo.
¿Qué pasa por el cordón umbilical?
El cordón umbilical conecta a la madre con el bebé. A través de la sangre contenida en el cordón umbilical el bebé recibe alimento y oxígeno durante todo el período de gestación, al final del embarazo mide unos 55 centímetros de largo.