Ser mamá y trabajadora no resulta nada fácil, mucho menos cuando se llega a casa cansada y aún quedan más cosas por hacer. Es difícil mantener el buen humor las 24 horas del día después de haber pasado por diferentes situaciones en el trabajo, en casa, con los hijos, etc. Y todo esto luego pasa factura en nosotras mismas y en nuestros familiares más cercanos. Sin embargo, con una planificación adecuada y algunos pequeños cambios, se puede lograr un equilibrio que permita gestionar todas estas responsabilidades sin perder la calma ni descuidar nuestro bienestar emocional.
Hoy te traemos claves prácticas y efectivas que te ayudarán a organizarte mejor y convertirte en una mamá más organizada, productiva y tranquila. ¡Comencemos!
Organízate y establece prioridades
Una de las máximas claves de la organización es siempre tener claras nuestras prioridades. Esto no significa que debamos descuidar algunos aspectos de nuestra vida, pero sí que debemos ordenar nuestras actividades de acuerdo con su nivel de importancia y urgencia. Comienza por establecer tareas diarias, semanales y mensuales, utilizando herramientas como una agenda física, una app de organización o un calendario en línea como Google Calendar.
Hazte un horario y dedica un día a la limpieza de cada estancia de casa, por ejemplo, los lunes la cocina, los martes el baño, etc. Dedica una buena limpieza al espacio de casa que toque en el día, y al resto, quítale solo lo necesario para mantenerlo presentable. Esta técnica es conocida como el método “time blocking”, y tiene por objetivo dedicar tramos específicos de tiempo a tareas concretas para evitar sobrecargas.
Consejo adicional: Aprovecha para delegar responsabilidades. Por ejemplo, tus hijos pueden ayudarte con pequeñas tareas como recoger su ropa o limpiar sus juguetes antes de dormir. Esto no solo aligera tu carga, sino que también fomenta su sentido de responsabilidad.
Planifica los menús semanales
Planificar la comida de la semana no solo te ahorrará tiempo, sino también dineros. Tener claro lo que cocinarás te permitirá realizar una lista de compras precisa y evitar visitas frecuentes al supermercado. Además, puedes optar por preparar platos en cantidad y almacenar porciones en el congelador para tener comidas listas en días de mayor carga.
Opta por menús equilibrados y sencillos de preparar, que incluyan ingredientes frescos y fáciles de obtener. También, involucra a tus hijos en las tareas culinarias; no subestimes lo que pueden aprender ayudándote a preparar sus comidas.
Comparte responsabilidades con tu pareja e hijos
No te sientas obligada a cargar con todo. Implicar a tu pareja e hijos en las actividades diarias del hogar no solo reducirá tu estrés, sino que también creará un mejor ambiente familiar basado en la colaboración. Desde pequeños, los niños pueden realizar tareas sencillas como guardar su ropa limpia, recoger sus juguetes o incluso limpiar platos después de comer.
Si tus hijos aún son pequeños, puedes turnarte con tu pareja para garantizar que ambos cuenten con momentos de descanso y de tiempo personal. Este enfoque reafirma la importancia del trabajo en equipo en casa.
Optimiza tu espacio personal y el de tu hogar
El orden tiene un efecto positivo en la productividad y el bienestar emocional. Un espacio personal y familiar organizado reduce el estrés y ayuda a mantener el enfoque en lo que realmente importa. Dedica tiempo a simplificar tu entorno eliminando elementos innecesarios. Puedes seguir métodos como el de Marie Kondo, quien sugiere mantener únicamente lo que realmente tiene valor para ti.
Organiza cada espacio de la casa según las necesidades de cada miembro de la familia. Por ejemplo, en el dormitorio de los niños, utiliza cajas o cestas para clasificar juguetes y ropa. En la cocina, destina zonas específicas para los utensilios más utilizados y separa los alimentos por categorías. Estas pequeñas acciones ahorran tiempo a largo plazo y promueven una dinámica más eficiente en el hogar.
Invita a alguien a casa: motivación extra
Una estrategia peculiar pero efectiva para mantener el orden en casa es invitar a alguien. Cuando sabemos que recibiremos visitas, solemos encontrar una motivación adicional para limpiar y organizar el espacio en tiempo récord. Aunque no se recomienda depender de esta técnica, puede ser útil en momentos puntuales en los que necesitas un empujón extra.
Dedica tiempo para ti misma
Por último, pero no menos importante, nunca olvides reservar momentos para ti. Dedicar tiempo para realizar actividades que te relajen y te hagan feliz, como leer, hacer ejercicio o disfrutar de alguna afición, es esencial para tu bienestar emocional y psicológico. Una mamá feliz y plena impacta positivamente en toda la familia.
Levántate unos minutos antes que los demás para disfrutar de un momento de paz. Utiliza este tiempo para planificar tu día, meditar o simplemente relajarte con una taza de café. Priorizar tu cuidado personal no es egoísta; es una necesidad.
Con pequeños cambios y estas estrategias, te sorprenderás de lo mucho que puedes lograr como mamá trabajadora y organizada. Aunque puede parecer un reto al comienzo, recuerda que el esfuerzo vale la pena y que cada paso, por pequeño que sea, suma para alcanzar la armonía que deseas para ti y para tu familia.