La obesidad infantil es un grave riesgo para la salud de los más pequeños, un problema que afecta a cada vez más niños. Una mala alimentación, el exceso de consumo de productos ultraprocesados, el sedentarismo y el desconocimiento de lo que es alimento, está poniendo en grave riesgo la salud de los más pequeños. La obesidad es la causante de enfermedades como la diabetes, problemas cardiovasculares, trastornos emocionales o desórdenes alimentarios, entre otros.
Por otra parte, la Organización Mundial de la Salud advierte de que el 60% de los niños que padecen obesidad, mantendrán el sobrepeso al llegar a la edad adulta. Algo que merma notablemente la calidad de vida, además de ser la principal causa de muchas enfermedades que se podrían evitar.
Cómo evitar la obesidad infantil
Lo principal es la educación en cuanto los hábitos saludables, tanto para los padres como para los niños. Los padres son los primeros que deben recibir toda la información posible, ya que solo de esa forma, podrán ser conscientes de los riesgos que entraña una alimentación poco saludable. Por otra parte, es fundamental enseñar a los niños algunos conceptos básicos, como es la obesidad, el sobrepeso, los alimentos utraprocesados etc.
Solo así serán capaces de rechazar el consumo de esos productos cuando estén fuera del control parental. No es necesario que reciban demasiada información, tan solo tienes que explicarles de forma que puedan entender que el exceso de ciertos productos, puede provocar graves problemas de salud. Siempre con términos fáciles de comprender, para que el mensaje cale realmente en ellos.
Mejorar la alimentación en casa
Desde tu posición como madre o padre, es fundamental que establezcas una rutina de alimentación saludable en casa. Así, los niños podrán adquirir esos hábitos saludables sin tener que hacer demasiado esfuerzo. Para ello, es esencial que establezcas horarios de comida y que en cada una, se tomen los alimentos apropiados.
Por ejemplo:
- El desayuno debe ser completo y abundante, para que el niño tenga energía para realizar sus actividades en el colegio. Debe incluir fruta, leche y cereales, siempre eligiendo los de mejor calidad nutricional, como pan integral o casero, zumo de fruta natural y leche de vaca.
- Durante el resto del día, el niño debe realizar otras 3 o 4 comidas más. Es decir, a media mañana debe tomar un snack saludable para recuperar energías. Puede tomar una fruta o unos frutos secos si tiene edad suficiente, son una gran fuente de energía saludable. La merienda y la cena deben ser más ligeras para preparar el cuerpo para la noche, en este enlace encontrarás consejos sobre qué es lo que deben cenar los niños para dormir bien.
- Limita el consumo de refrescos y ultraprocesados. Este tipo de productos no son alimento, no aportan nada nutricionalmente hablando, más bien al contrario. Limita este tipo de productos a ocasiones contadas, ya que son productos que contienen demasiado azúcar, grasas saturadas y sustancias poco saludables.
Hábitos de vida saludable
Si la alimentación es importante para que los niños crezcan sanos y evitar la obesidad, más aún lo es acompañarlo con la actividad física. El deporte es esencial para mantenerse saludable, también para evitar el exceso de peso y para mejorar muchas de las funciones del organismo.
Fomenta el deporte en familia, evita que los niños pasen demasiadas horas frente a la pantalla del ordenador o del móvil si es que ya lo tienen. Procura organizar salidas los fines de semana, donde toda la familia podáis practicar deporte y juegos al aire libre. Además de mejorar la salud de tus hijos, estarás mejorando la tuya propia y fomentando los momentos de calidad en familia.
La obesidad infantil es hoy en día un problema del primer mundo. Años atrás se producían nuevos productos poco saludables cada día. Afortunadamente, cada vez más familias son conscientes del peligro que entraña la obesidad infantil. Por ello, existe una nueva corriente de alimentación saludable y en muchas casas, ya se aboga por un tipo de alimentación más natural y casero. Algo que beneficia tanto a la salud de los más pequeños, como a la de los más mayores de la casa.