La piel de los bebés y de los niños pequeños es muy delicada, incluso, una breve exposición al sol puede causarles daños. Por ello, es muy importante proteger a los bebés de los rayos solares, no solo en verano cuando el sol más calienta y es más notable. Durante el invierno, los rayos solares siguen siendo peligrosos para la delicada piel de los bebés.
Si bien es cierto que el sol es más peligroso durante el verano y por ello en esta época es necesario aumentar las medidas de seguridad para proteger la piel de los bebés. A continuación vamos a ver algunas claves esenciales para proteger a los bebés y a los niños pequeños de los rayos solares.
Las claves para proteger a los bebés de los rayos solares
- Evita la exposición al sol en las horas más peligrosas del día. Para cualquier persona, el sol es más peligroso hacia las horas centrales del día. Por ello, si quieres pasar un rato en la playa con tu bebé, es aconsejable que sea en las primeras horas de la mañana o a última hora de la tarde.
- Siempre aplicar protección solar. Además, debe ser un producto específico para la piel de los bebés, con el mayor factor de protección solar, resistente al agua y con protección total. Asegúrate de cubrir la piel, incluso detrás de las orejas o en los pies.
- Los bebés deben permanecer a la sombra el mayor tiempo posible. Si vas a pasar un rato en la playa, aunque sea por poco tiempo, es importante que lleves contigo una sombrilla y que el bebé esté protegido bajo la sombra todo el tiempo.
- Protege la cabeza del bebé. La exposición directa al sol puede dañar la piel de tu bebé, pero además de las quemaduras, el sol puede causar un golpe de calor o una insolación. Utiliza siempre un sombrero o una gorra que proteja su cabeza.
- Siempre bien hidratados. También es fundamental asegurarte de que el bebé está siempre muy bien hidratado. Puedes darle frutas frescas, zumos de frutas caseros o lácteos que son ricos en agua.