Es ya sabido por todo el mundo las bondades de la lactancia materna. Es la opción más saludable tanto para la madre como para el bebé, siempre y cuando se pueda. En muchas ocasiones no se informa bien a las futuras madres de los inconvenientes que pueden producirse durante el proceso. En muchas ocasiones puede ocasionar dolor y muchas mujeres tiran la toalla, por no tener la información adecuada.
Amamantar parece algo fácil y sencillo pero no siempre es así. Veamos unos consejos para una lactancia materna sin dolor.
Lactancia materna
En el artículo 6 Consejos para iniciar la lactancia materna con éxito, además de contaros los beneficios de la lactancia materna para el bebé os dábamos unos consejos para comenzar con la lactancia con buen pie.
Por mucha información que tengamos de antemano, muchas veces ocurre que llegado el momento tengamos dudas y nos parezca más complicado. Que creamos que no lo estamos haciendo bien, o que no es para nosotras.
¿Amamantar duele?
Muchas madres experimentan dolor en los pezones cuando dan el pecho a sus hijos, durante la succión o por excesiva sensibilidad en el pecho. Amamantar puede que a veces duela pero no debería doler. Quiere decir que algo no va bien. Las razones pueden ser pezones agrietados, mal agarre del bebé o una infección. Veamos cuales son los consejos para que amamantar no sea un suplicio, y se vuelva algo placentero.
Conseguir un buen agarre.
Es una de las causas principales que causan dolor, además de problemas a largo plazo como menor producción de leche. Si el bebé no se agarra bien puede derivar en dolor debido a una mala succión.
El bebé debe tener dentro de la boca no solo el pezón, sino también gran parte de la aureola. Debe tener la boda abierta, los labios hacia fuera, la lengua debajo del pezón y con la barbilla tocando el pecho.
Cambiar de postura
Una mala postura puede ocasionar dolor por la presión en los pechos. Además ayuda a que el bebé se agarre mejor. Puedes pasar durante muchas horas al día dando el pecho a tu bebé, por lo que según el momento y la circunstancia deberás elegir la postura que mejor os adaptéis. Veamos cuales son las posturas recomendadas:
- Posición de cuna. La más habitual. En ella el bebé descansa en el brazo del mismo lado del pecho. Su cabeza está a la altura del codo de la madre, que le sujeta con el resto del brazo.
- Posición cuna cruzada. Es igual a la anterior, solo que en este caso el brazo que sostiene al bebé es del lado contrario al pecho que esté tomando.
- Posición de rugby. El bebé se coloca de forma que su cuerpo pase por debajo del brazo de la madre como si fuera un balón de rugby. Esta postura ayuda a prevenir mastitis y obstrucciones.
- Posición sentada. El bebé se sienta a horcajadas sobre una de las piernas de su madre. No es muy común, pero puede ser común para bebés con dificultades para agarrarse al pecho.
- Postura estirada. Ambos tumbados de lado, es ideal para madres tras dar a luz por cesárea. Así la madre podrá descansar mientras da el pecho.
Limpiar bien los pezones
Para prevenir infecciones deben limpiarse bien los pezones tanto antes como después de cada toma. Puedes usar tu propia leche para limpiarlos, ya que tiene propiedades curativas.
El sacaleches puedes ser tu descanso
Un pezón dolorido puede aliviarse extrayendo leche con el sacaleches. Así tu bebé seguirá con leche materna y tu pecho descansará.
Usa pezoneras y protectores
Las grietas en los pezones pueden ser un suplicio al rozarse con la ropa. Unas pezoneras te protegerán. Lleva ropa cómoda, evita los sujetadores demasiado ajustados.
Los protectores son útiles para pezones muy agrietados o tienen heridas. Consulta con tu matrona para saber como se utilizan.
Calor/frío
Una ducha caliente antes de dar el pecho puede aliviar el dolor, o en su defecto una toalla caliente siempre y cuando no haya infección. El frío alivia después de dar el pecho.
Porque recuerda… la lactancia no tiene por que ser un suplicio. Hay que tener paciencia y probar hasta encontrar la forma de que sea satisfactorio para ambos.