Cómo construir una buena influencia en los hijos a través de la conexión emocional

padres helicoptero

La mayor fuente de influencia para los hijos siempre serán los padres, y dependerá de la conexión emocional que se tenga con los hijos el que la influencia sea positiva o negativa. Los límites fuertes pero con compromiso, calidez y respeto mutuo. El objetivo es que los niños sean capaces de desarrollar una buena confianza en ellos mismos y que tomen decisiones saludables por su cuenta.

Las exigencias y los límites deben ser claros, pero tienen que estar vigilados desde el cariño, el cuidado y con una postura de escucha y comprensión hacia los deseos e intereses de los hijos, así como con un buen entendimiento a las necesidades y sentimientos de los hijos. A continuación podrás conocer algunas claves para poder ser una buena influencia para tus hijos construyendo una estupenda conexión emocional y utilizarlo como base de poder para influir en el comportamiento. 

Disciplina, sin castigos

¿Es posible una disciplina sin castigos? Además de que es posible, es necesaria para el buen desarrollo de los hijos. La disciplina en la enseñanza no se trata de un castigo tras otro. Cuando los niños desordenan o rompen algo (por ejemplo) es una oportunidad para que aprendan a cómo hacer las cosas bien, bajo tu guía pero no bajo un castigo. O si por ejemplo tu hijo te miente y te dice que se va a casa de un amigo a estudiar pero se va a una fiesta… esto es falta de honradez y deben existir consecuencias por esto, por supuesto. Pero las consecuencias deberán ser acordadas con los hijos, como por ejemplo una pérdida de privilegios.

padres permisivos

Con un castigo, se impone y no se educa, con las consecuencias, los hijos son conscientes de sus acciones y reflexionan sobre lo que deben o no deben hacer, tienen el poder de decidirlo, algo que les aportará responsabilidad.

Para darle libertad a los hijos, también es necesario que se confíe en ellos, así es una forma segura de que disfruten de su libertad. Entonces, los hijos deben entender que podrán tener esa libertad siempre y cuando tenga honestidad contigo. Se necesita tiempo para construir la confianza, se necesita voluntad por ambas partes.

A veces ninguna consecuencia también es una buena opción

Si tus hijos han hecho algo incorrecto pero van a tu lado para hablar sobre eso, esto puede ser más que suficiente en algunas ocasiones (dependiendo de la gravedad de la situación). En este sentido te están mostrando sinceridad y confianza, y además, arrepentimiento. Todo esto es aprendizaje, puesto que no es fácil acudir a ti para explicarte algo que han hecho mal. Hace falta valor para admitir cuando algo se ha hecho mal.

Reconocer y validar los sentimientos

Los niños tienen grandes sentimientos y en ocasiones, estos sentimientos y emociones pueden impulsarle a tener comportamientos que no son adecuados. Esto es algo importante: tus hijos también son humanos. Es necesario reconocer la sensación que tus hijos tienen, poner nombre a las emociones. Comprender las emociones no significa que se deban cambiar, solo se deben reconocer y aceptarlas. 

mama e hijos

Por ejemplo, si tu hijo está enfadado contigo, dile que lo entiendes, algo así como: ‘Entiendo que estés enfadado conmigo, es molesto que quieras seguir jugando a la consola y te diga que se ha acabado el tiempo, pero ha llegado el momento de ir a la ducha antes de cenar’. Hay investigaciones que muestran que cuando se pone nombre a las emociones, se calma el sistema nervioso. 

Esto también dará pie a reducir el estrés de los sentimientos negativos y a explorar la necesidad de reconducir la emoción dominante. La ira, por ejemplo, puede ser una señal de que algo hay que cambiar para sentirnos mejor. ¿Qué es lo que sucede exactamente? Si tu hijo está triste, también es un indicador a tener en cuenta, hay que explorar lo que ocurre. Si tienen miedo, ¿qué es lo que les está haciendo sentirse inseguros? Los niños aprenden más sobre las emociones cuando están siendo emocionales en un momento determinado, y a veces, necesitan ayuda y guía para encontrar el camino correcto y entenderse mejor.


El poder de las palabras y la comprensión

Comprender las cosas que te comenta tu hijo no significa que debas estar de acuerdo. Comprender a tu hijo significa estar abierto a escuchar lo que tienen que decirte y ver las cosas cómo las ve tu hijo, desde su perspectiva. Cuando tu hijo sepa y entienda que siempre estarás a su lado, serás una mejor influencia y estará más abierto a tus consejos y peticiones, así podrán estar más dispuestos a asumir cualquier lección que necesiten aprender de ti. 

Por ejemplo, cuando tu hijo comenta algún error de comportamiento puedes decirle cosas como: ‘Entiendo lo importante que es para ti pasar tiempo con tus amigos y sé que no querías hacer las cosas mal. Pero debemos saber dónde estás en cada momento. No es bueno que no nos lo digas o que no nos cojas el teléfono cuando te llamamos. Si quieres libertad y pasar más tiempo con tus amigos, podemos hablarlo, pero también tendrás que hacer cosas para que sepamos que estás a salvo y que todo marcha bien. Tienes que ganarte esa confianza para obtener más libertad’.

Tener límites fuertes, pero dejar que haya momentos para el desacuerdo y oposición

Es importante que los niños tengan sus propios pensamientos y que aprendan a cómo usarlo. Esto será capaz e hacerlo a medida que vaya madurando, pero deberás enseñarle el camino. Si nunca le has dado la oportunidad de estar en desacuerdo contigo o en decirte que no, ¿cómo encontrará las palabras y la confianza adecuada para cuando se tenga que enfrentar a la presión de grupo o tenga que tomar una difícil decisión?

Las cosas que se hacen con los hijos deben ser una práctica para su mundo real. Deben aprender que al mismo tiempo que están en desacuerdo contigo y te dicen que no, pueden ser respetuosos, pero tú seguirás siendo su padre o madre y la última decisión será la tuya. Cuanto más abierto estés a lo que tus hijos tienen que decirte, se sentirán escuchados y serán capaces de confiar en tu juicio y orientación aunque no estén de acuerdo al principio.


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