La llegada del Coronavirus ha alterado las rutinas cotidianas, los usos de la tecnología en casa también se han modificado. Los niños ahora pasan más tiempo en el ordenador realizando la tarea escolar a distancia. Móviles y tabletas están a la orden del día si se trata de contactarse con familiares y amigos. En medio de este nuevo universo puertas adentro, ¿Cómo hacer un buen uso de la tecnología con niños?
Para establecer pautas saludables que lleven a un consumo responsable de tecnología en casa, es útil organizar un plan de consumo responsable de tecnología. Éste permitirá establecer límites y rutinas.
Buen uso de la tecnología con niños
No es la primera vez que hablamos de un plan de consumo responsable de tecnología en el hogar. Se trata de un plan que nace de las rutinas cotidinas y de los valores familiares personales. Implica un análisis acerca del lugar que cada familia desee que ocupe la tecnología en la vida de los niños. No hay reglas fijas en este sistema aunque sí pautas establecidas que estarán vinculadas a estos valores.
El plan de consumo tecnológico tiene varias aristas. Una premisa inicial es que no reemplaza a la interacción real. Si tenemos clara esta premisa, el resto será una cuestión de organización.
Para hacer un buen uso de la tecnología con niños, es importante tener en cuenta los tiempos y los espacios. Es importante destinar un tiempo para las pantallas pero también un tiempo para la familia, para el juego libre, para hacer ejercicio en casa, para dormir o para comer.
Podéis pensar en que los niños tienen que lidiar con el mundo tecnológico tal y como lo harían con cualquier otro ámbito de sus vidas. Es decir, en tiempos acotados, con un fin, con personas que los adultos conocen, etc. Las mismas pautas de crianza que se aplican en el resto de los ámbitos deberán aplicarse en la tecnología en casa.
Es importante delimitar las aplicaciones y plataformas que utilizan los niños, estar familiarizados con el software, y con los sitios que visitan en la web. También con quienes hablan cuando están online, qué redes sociales utilizan, a qué información acceden en sus búsquedas. O bien si hablamos de páginas confiables a la hora de recopilar información, etc. Un buen uso de la tecnología con niños implica también el tomar dimensión del universo que se les abre a los peques cuando encienden la pantalla.
Los tiempos son fundamentales, el uso de la tecnología no debe ser ilimitado, es importante establecer horarios, que pueden ser fijos o variables pero siempre acotados. Los niños deben comprender que no tienen acceso libre y que el uso de ordenadores y móviles tienen un principio y un final. Es recomendable intercalar el uso de los dispositivos con tiempo de juego libre para así estimular la creatividad y la imaginación. Nada está bien o mal siempre y cuando no sea en exceso.
Los niños y el uso de la tecnología
Otra forma de pensar la tecnología con niños es sacarla de ese lugar solitario de siempre. Dentro de nuestro plan de consumo responsable de tecnología, puedes pensar en las pantallas como canal de interacción entre niños y adultos, o entre niños y niños. Ver documentales en familia, jugar juntos, realizar actividades online, tener reuniones virtuales o jugar videojuegos pueden ser de gran utilidad para estrechar lazos entre niños y adultos. Una vez más, todo dependerá del tiempo y los límites.
Para esto último, es importante ser un buen ejemplo para los peques a la hora de mostrar un buen uso de la tecnología con niños. ¿Cómo? Mostrando nuestra capacidad de apagar las pantallas. Un uso responsable de la tecnología en familia interpela a niños y adultos a revisar costumbres para así no demonizar a los dispositivos sino simplemente utilizarlos a nuestro favor.
Es posible crear zonas libres de tecnología para así incentivar espacios de juego libre, de intercambio familiar o un espacio en donde los peques pueden interactuar entre sí. También es importante el diálogo en casa, fomentar la comunicación y así dar importancia a la palabra y al intercambio.
Aunque puede ser un recurso útil, evitemos utilizar la tecnología como ese chupete electrónico que calma y entretiene a los niños. Si bien pueden ayudar a la hora de lograr calma, es importante que, poco a poco, los peques aprendan a controlar sus emociones, un aprendizaje que sólo se logra cuando apagamos las pantallas.