Cosas que no debes decir a una mamá que da biberón

alimentación en biberón para el bebé

Las madres de biberón saben que lo ideal es la lactancia materna, son innumerables los beneficios de la lactancia materna y aquí encontrarás muchos consejos para llevarla a cabo de forma eficaz. Incluso la OMS (Organización Mundial de la Salud ) la recomienda en exclusiva y a demanda, durante los 6 primeros meses de vida del bebé.

Pero la lactancia materna no es fácil, influyen factores que a veces escapan al control de la madre. Como pueden ser factores físicos propios, que no suba la leche, que se existan características en los conductos que provoquen obstrucciones, que se inicie una infección bacteriana, tratamientos incompatibles con la lactancia, que el bebé no tenga capacidad para succionar, que la leche se corte de buenas a primeras, etc.

A veces, se intenta todo y aún así no es suficiente.

Es por esto que es preciso evitar ciertos comentarios o actitudes respecto a la lactancia artificial. Muchos de ellos son mitos, que además de confundir a la nueva madre, la hacen sentir mal por algo que quizás, ni siquiera ha elegido hacer así.

Es un mito que los bebés siempre van a estar más sanos y mejor alimentados con la leche materna. Científicamente se ha comprobado que la lactancia materna lo que hace es pasar anticuerpos y nutrientes de la madre al bebé a través de la leche. Si la madre no tiene hábitos de vida saludables, tiene algún tipo de problema con sus defensas, o está expuesta a sustancias tóxicas, podría pasar que fuera más aconsejable una buena leche de fórmula. Y existen otras formas de reforzar su sistema inmune, como por ejemplo, el contacto con un animal.

Habrá madres que presionen y cuestionen a las madres que dan lactancia artificial, porque nos bombardean con los beneficios de la lactancia materna.  Mi intención no es ponerlos en duda, pero tampoco es necesaria la presión social que a veces se ejerce sobre las que optan por el biberón.

La lactancia materna es dura

Nadie te habla de grietas en las charlas. Nadie te cuenta que si tu bebé es de buen comer, toda tu energía se consume en alimentarlo. Nadie te avisa de que sentirás una sed constante, mientras tus pechos chorrean en cualquier momento. Hay madres que no son capaces de soportar todo eso y son incluso mejores madres cuando empiezan con la lactancia artificial, reforzando vínculos con su bebé de otras formas,como el porteo.

Sin embargo, si todo va bien, la lactancia materna es maravillosa y compensa.

Cuándo optar por el biberón

Lo más sano es optar por el biberón cuando tu instinto de madre te dice que tu bebé será más feliz y crecerá más sano con lactancia artificial. Esto es cuando la lactancia materna, no compensa, por ejemplo: no compensa cuando te sientes agobiada porque tu bebé tiene bajo peso aunque sus tomas sean a demanda, día y noche. No compensa cuando tu doctor te dice que debes interrumpirla, por tu propia salud o la de tu hijo.

No es justo que nadie te haga sentir mal por ello.

Por eso, sólo por eso:

  • Nunca digas a una mamá de biberón que debió seguir tal o cual dieta para producir leche, porque está demostrado que es un mito. Para aumentar la producción lo mejor es ofrecer más veces el pecho y estimularlo con masajes y calor, pero no siempre funciona. Hay tantos factores incontrolables en la producción de la leche, que no es probable que solo un cambio de dieta vaya a cambiar las cosas. Por el contrario, estamos añadiendo un estrés que es perjudicial para la lactancia.
  • Nunca digas a una mamá de biberón que no haga caso a su médico, que está obsoleto, o que debió acudir a otro especialista. Probablemente no pudo hacerlo y tampoco debe sentirse mal por que la limiten sus circunstancias.
  • Nunca digas a una mamá de biberón que estamos genéticamente preparadas para amamantar, porque  igual que toda la vida ha habido nodrizas capaces de amamantar hasta 3 bebés, ha habido madres secas, que dependían de las primeras para criar a sus hijos. Como ya hemos dicho, se desconocen todos los factores que afectan a la producción de la leche, y hay veces, que por cuestión de factores desconocidos, simplemente, no sube.
  • No le digas a una madre de biberón que debió ir a una asesora de lactancia, porque si su problema no es postural y es un problema físico de otra índole, tampoco podría haberla ayudado. O quizás sí acudió y le dé vergüenza admitir que ni aún así lo consiguió.
  • Y sobretodo, jamás digas a una madre de biberón que no lo intentó lo suficiente, porque existen guerreras que dieron de mamar a sus hijos con un pecho abierto y con un drenaje. Madres con cicatrices que tuvieron que dejarlo, porque podían perder  sus pechos, o incluso algo más importante.

Esas madres de biberón que dieron el primero llorando. Y que pese a los beneficios que pueda tener la LME, merecen sentir que están haciendo lo mejor para sus hijos.



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