Hoy queremos hablarte de lo que son los cotiledones de la placenta. Lo primero que te sorprenderá es que también se habla de cotiledones en el reino vegetal, sí en las plantas, y es que realmente cotiledón es una palabra de origen griego que significa, en forma de copa, aunque si nos referimos a los cotiledones de la placenta esta forma se transforma más bien en un disco.
Como has leído en otros artículos, por ejemplo aquí, la placenta es el órgano que une a la madre y al feto en el embarazo. Es a través de este órgano que se realiza el intercambio de nutrientes, y oxígeno desde la madre al feto. La placenta tiene dos caras, una por el lado de la madre, que es la materna y la fetal. Mientras que la fetal es interna, es lisa y recubierta de amnios, la materna está recubierta por cotiledones. De ellos y de sus funciones es de lo que te vamos a hablar en este artículo.
¿Qué son los cotiledones?
Como decíamos antes la placenta está formada por dos caras, la fetal y la materna, que en realidad es una transformación de la membrana o mucosa uterina, y la otra cara de origen fetal compuesta de cientos de vasos sanguíneos entrecruzados.
La cara materna está recubierta por unos surcos, que se llaman intercotiledóneos, que la dividen en pequeñas partes carnosas que, a su vez reciben el nombre de cotiledones. Para que quede más claro, los cotiledones son todos los segmentos que se ven en la superficie de la cara materna de la placenta. Así, al formar tabiques, la placenta queda parcialmente dividida en lóbulos o cotiledones. Estos cotiledones están formados por vasos fetales, vellosidades coriónicas y espacios intervellosos. Suele haber entre quince y veintiocho.
¿Por qué los médicos cuentan los cotiledones?
Tras el parto y haber expulsado la placenta, la matrona o matrón cuenta los cotiledones. Esto es para verificar que no queda ningún resto ovular en el útero de la madre.
Puede faltar algún segmento, algún cotiledón que no se haya expulsado del útero o la existencia de placenta accesoria, es lo que se llama succenturiata o cotiledón fuera de la placenta. Si esto hubiese ocurrido, puede provocar una infección uterina o una hemorragia interna que puede poner en peligro la salud de la mujer.
Es normal que la matrona compruebe la forma, integridad, color y otros atributos de la placenta. No te preocupes si ves que lo hace, es lo habitual. Aquí tienes más información sobre las funciones de las matronas.
¿Qué pasa si queda placenta en mi interior?
Puede ocurrir, que al contar estos cotiledones parte de la placenta se haya quedado en el interior de la madre. Es un fenómeno poco frecuente, pero peligroso. La fase de expulsión de la placenta dura entre 5 y 30 minutos después del alumbramiento del bebé. Estas contracciones son más breves y leves, así que pasan casi desaparecibidas con la emoción de tener al bebé en brazos. Por eso es importante que el profesional médico te ayude a percibirlas y compruebe que has expulsado todo. La retención de la placenta es más frecuente si el parto es prematuro o si la ésta se hallaba en un lugar poco habitual, como el cuello uterino.
Cuando aún quedan cotiledones en el interior se incrementa el riesgo de sufrir una hemorragia posparto. Lo natural es que la matriz se contraiga, apretándose y encogiéndose, para detener el sangrado del lugar donde la placenta estaba prendida, pero si tu organismo interpreta que parte de la placenta sigue en su sitio la matriz no se contrae y el sangrado sigue. Esta es una de las causas más frecuentes de hemorragia después de dar a luz.
Una de las recomendaciones para expulsar por completo la placenta, si esto no se da después de 30 minutos de que nazca el bebé, es dar de mamar al recién nacido. Cuando la madre da el pecho al bebé, el útero se contrae y eso ayuda a expulsar la placenta. También se recomienda a la madre orinar, porque si la vejiga está llena esto puede retrasar la salida de la placenta.