La mayoría de los padres suele tener dudas en cuanto a la alimentación del bebé, una vez pasada la primera etapa de lactancia exclusiva. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda la lactancia exclusiva hasta los 6 meses. Ya que a partir de esa edad, el sistema digestivo del bebé está preparado para tolerar otro tipo de alimentos. No obstante, la lactancia debe seguir siendo el alimento principal.
Además de la maduración del sistema digestivo, las necesidades nutricionales del bebé cambian a partir de los 6 meses. Por lo qué, es necesario introducir alimentos que le aporten esas sustancias esenciales que la leche no contiene. El momento exacto en el que debes comenzar a darle papillas a tu bebé lo marcará la propia necesidad del bebé, así como tus circunstancias particulares.
En cualquier caso, es fundamental que cuentes con el consejo del pediatra antes de introducir ningún alimento en la dieta de tu bebé. Las pautas generales están ahí para marcar unos ritmos parecidos en la población de cierta edad, pero existen excepciones que deben tenerse en cuenta.
Las primeras papillas
El pediatra de tu hijo te ofrecerá unas pautas sobre la alimentación complementaria, una serie de consejos que te ayudarán en esta nueva etapa de la alimentación de tu bebé. Además, en el enlace que te dejamos encontrarás algunos consejos muy interesantes sobre la introducción a los alimentos.
Generalmente, se comienza la introducción a los alimentos con los cereales sin gluten, como el maíz o el arroz. El motivo es que este tipo de cereal no es susceptible de producir alergias e intolerancias, son fáciles de digerir y aportan gran cantidad de nutrientes muy importantes para el crecimiento del bebé, como el hierro.
En el mercado puedes encontrar preparados de cereales sin gluten, que además son enriquecidos con hierro para asegurar el aporte correcto de este mineral. Los cereales pueden mezclarse con cualquier líquido, como caldo casero de verduras sin sal, aunque lo más habitual es utilizar leche, ya sea leche de fórmula o materna que te extraigas previamente.
Pero si quieres preparar tú misma la papilla de cereales para tu bebé, puedes hacerlo de una manera muy sencilla. Ten en cuenta que la comida casera siempre va a ser lo mejor para tus hijos, incluyendo las comidas de tu bebé. En este enlace te enseñamos a preparar una papilla de arroz casera para bebés.
La introducción a los alimentos
Una vez que el bebé se acostumbre al sabor de las papillas de cereales, llegará el momento de introducir otros alimentos. Generalmente se empieza con las frutas y las verduras que tienen mejor digestión, como el calabacín, la patata, la zanahoria, la pera, la manzana o el plátano. Puedes empezar por el alimento que prefieras, aunque debes tener en cuenta estos consejos:
- Los alimentos se deben introducir de uno en uno y dejando un espacio de entre dos y tres días entre cada nuevo alimento. De esta forma, puedes comprobar cómo tu bebé digiere dicho alimento, si lo tolera bien o si por el contrario le produce algún tipo de reacción. Además, lo más seguro es que al principio no le guste el sabor de algún alimento. Si preparas las papillas con 4 frutas y el pequeño la rechaza, es posible que sea por un sabor y no por todos.
- Procura cambiar la textura de las papillas a medida que tu hijo se vaya acostumbrando a este nuevo método de alimentación. Así evitarás que se acostumbre a «lo fácil» y el pequeño aprenderá a masticar y trabajar los alimentos con su boca a medida que vaya creciendo.
Una vez que el alimento se haya introducido correctamente y compruebes que no le da reacción, procura dárselo también entero, sin triturar. De esta forma el bebé disfrutará de nuevas experiencias a la hora de las comidas, muy importante para el siguiente paso en su alimentación que será la introducción de los sólidos.
Para ello, puedes utilizar un artilugio especial para ello, se trata de una especie de chupete que incorpora una redecilla donde meter el trozo de alimento. El bebé lo podrá ir chupando y masticando para obtener la comida, sin peligro de atragantarse.