La ansiedad es común en los padres primerizos. A menudo se preguntan cuándo gatea un bebé, cuando comienza a saborear alimentos sólidos, en qué momento dará sus primeros pasos…Y la lista es larga. Abarca cualquier pequeño hito que habla de la madurez creciente del bebé.
Lo cierto es que en realidad podemos hablar de ciertos parámetros a la hora de analizar el momento en el que un bebé comienza a gatear. Se sabe que primero tienen que ocurrir algunos otros hitos que darán lugar a este proceso de independencia motriz. Y cuando hablamos de hitos en el mundo de la infancia hacemos referencia a aquéllos cambios que marca la evolución de un niño.
El primer gateo
El crecimiento de un bebé no sólo está marcado por la talla o el peso sino también por aquéllos procesos naturales que hablan de la madurez de un bebé. El bebé nace con el instinto de succión pero a las pocas semanas comienza a mantener la mirada, luego muestra su primera sonrisa genuina. Más adelante, intentará levantar y sostener la cabeza, descubrirá sus manos e intentará tomar objetos. Nos seguirá con la mirada y poco a poco descubrirá que puede interactuar con el mundo.
Hacia los seis meses de vida los bebés comienzan a sentarse por sí solos. En algunos casos, esto ocurre a los 5 meses, en otros a los 7 meses. Es el primer gran paso hacia la independencia. Una vez que se sientan solo, pueden arrastrarse a buscar objetos y de allí al gateo hay pocos pasos. El gateo es la etapa siguiente del bebé. Ocurre entre los 6 y los 10 meses, dependiendo del bebé y de su desarrollo psicomotriz.
Al comienzo el gateo puede ser un poco… ¿desprolijo quizás? No hay que esperar que todos los bebés gateen a la perfección y como en las publicidades de televisión. Hay bebés que comienzan con un gateo irregular, en el que mueven o se empujan con una sola pierna. En otros casos, se produce el llamado gateo para atrás, que es muy normal en muchos niños. Luego están los bebés que hacen una mezcla entre un arrastrado y un gateo.
¿Cuándo gatea?
Lo importante es saber que los niños continúan su proceso evolutivo y que dan signos del avance motriz. Luego de sostener la cabeza, tomar objetos y sentarse solos, llega este gateo que, aún en los casos en los que es desprolijo, habla de un nuevo hito en el desarrollo motriz del bebé.
¿Y por qué no hay que preocuparse tanto por los tiempos y cuándo gatea un bebé? Porque lo que hay que analizar es la curva de evolución. Hay bebés más intrépidos y físicos que realizan todo antes de tiempo mientras que otros son más calmos y lo que se espera a cierta edad ocurre un poco más adelante. Lo que es importante es registrar que los hitos continúen la curva esperada.
Así, hacia los 8 meses es esperable que un bebé comience a gatear: para atrás, hacia adelante, hacia los lados. Pero si esto no ocurre de manera particular, lo importante es registrar otros patrones que hablan de la evolución y el desarrollo motriz creciente. ¿La razón? Hay bebés que jamás gatean sino que saltean este paso intermedio hacia lo que será el caminar.
Hay bebés que luego de sentarse, se mueven y demás pero no gatean. A medida que transcurre el tiempo, comienzan a pararse sujetándose de los muebles o de las personas para luego lanzarse a caminar. Si bien la mayor parte de los bebés realizan este paso intermedio, no siempre ocurre. Así como hay niños que caminan a los 10 meses y otros hacia el año y medio.
En el mundo de la infancia no hay tiempos exactos pues hay muchos factores que influyen en el desarrollo de un niño. Lo importante es estar atentos a la curva evolutiva de cada bebé. Y ante cualquier duda, siempre consultar con el pediatra que sigue al niño, quien estará en condiciones de detectar cualquier posible problema.