Cuándo preocuparte de las preocupaciones de tu hijo

hablar con adolescentes

Es normal que los niños sientan ansiedad de vez en cuando, pero, ¿cómo puedes saber si las preocupaciones de tu hijo son realmente un motivo de preocupación para ti? Todos los niños tienen sus miedos. Tu hijo puede tener miedo a los extraños, a los perros, puede sentir dolor de estómago antes de ir a la escuela… Sin embargo, algunos niños se preocupan mucho más que otros.

Es muy doloroso para un padre o madre ver como su hijo sufre ansiedad o está siempre preocupado, estrangulando sus emociones por la impotencia. Es especialmente difícil si además no estás seguro de si debes preocuparte o no, y si necesitarías pedir ayuda.

La diferencia entre la preocupación normal y un trastorno de ansiedad es la gravedad y la magnitud. A pesar de que la sensación de ansiedad es una reacción  natural a una situación estresante o peligrosa, un  niño puede necesitar ayuda si su ansiedad resulta desproporcionada, si persiste o si interfiere con su vida o con un desarrollo saludable.

A continuación te vamos a explicar algunas preocupaciones de los niños por los que sí debes preocuparte y si va a más, no dudes en pedir ayuda a un profesional.

Señales de ansiedad

Un niño pequeño que está abrumado por las preocupaciones puede sin darse cuenta no expresarlas en palabras pero sí con su comportamiento. Si tu hijo está ansioso puede que esa ansiedad comienza por algo en concreto. Puede ser cuando está la presencia de otra persona, porque tiene ansiedad por separación, etc. Si tu hijo se enferma a menudo o tiene somatizaciones es probable que debas preocuparte.

Los niños que tienen ansiedad severa también intentarán evitar a toda costa lo que lo activa. Por ejemplo, si tu hijo se niega a participar en actividades donde otros niños disfrutan, si tiene una rabieta antes de la cita del dentista o con la cita del médico, si se enferma los domingos por la noche pensando que al día siguiente hay cole… es necesario empezar a preocuparse por qué esas situaciones le hacen ponerse con esa tensión y ansiedad. 

miedo a la oscuridad

Trastorno de ansiedad por separación

Si la perspectiva de ser separados de sus padres o cuidadores provoca en el niño una angustia extrema al niño, puede tener un trastorno de ansiedad por separación. La dificultad de separación es lo normal en la primera infancia, se convierte en un trastorno si el miedo y la ansiedad interfieren con el comportamiento apropiado para su edad.

Un niño con ansiedad por separación podría ser muy complicado para el niño ya que no toleraría el separarse de sus padres en cualquier lugar, ni tan siquiera para dormir. Los niños  piensan que si se separan de sus padres algo horrible les ocurrirá. Un niño más mayor con ansiedad de separación no querrá estar separado de sus padres en ningún momento y si lo está puede tener problemas somáticos.

Trastorno de ansiedad generalizada (TAG)

Si un niño parece preocuparse demasiado por todo, de forma generalizada, sobre las cosas cotidianas y ordinarias, podría tener un trastorno de ansiedad generalizada. Este tipo de ansiedad normalmente suele afectar al rendimiento de la escuela o en los deportes, además puede incluso generarles más ansiedad, sobre todo si tienen que realizar exámenes.

Los niños que sufren trastorno de ansiedad generalizada (TAG) se preocupan intensamente sobre su incapacidad para cumplir con las expectativas. Sus temores son su consuelo y esto puede ser muy rígido e irritable tanto para ellos mismos como para los demás. Esta ansiedad puede producir problemas somáticos como dolores de cabeza, de barriga o incluso sentir fatiga.


niños con fobias

Tiene fobias

Tu hijo/a puede presentar fobias específicas. Quizá tu hijo/a se siente excesivamente temeroso/a ante un objeto o situación particular. Quizá sea porque tiene una fobia específica. Un miedo paralizante se manifiesta cuando la persona se confronta ante lo que le da miedo extremo. Pueden ser payasos, perros, ruidos fuertes, agua, insectos, la oscuridad, etc. Es necesario saber por qué ocurre porque un niño con una fobia específica puede tener una vida limitada por eso.

Los niños con fobias pueden llorar o tener rabietas con tal de evitar el objeto o la situación que le angustia, o experimentar síntomas físicos como temblores, mareos, sudoración e incluso vómitos.

Desorden de ansiedad social

La mayoría de los niños pueden ser tímidos en algún momento, pero cuando un niño (o adolescente) está excesivamente preocupado por hacer algo embarazoso, por ser juzgado negativamente por los demás… puede tener un trastorno de ansiedad social. El miedo de hacer algo que cause humillación puede hacer que un niño quiera evitar ir a la escuela o a cualquier lugar donde se realicen situaciones sociales.

Algunos niños que tienen ansiedad social pueden sentir temor al hablar en clase, pueden no querer hablar con otras personas nunca -como si le pides que pague al cajero o pedir la cuenta-. Otros niños también pueden presentar ansiedad en situaciones sociales, incluso cuando no están siendo el centro de atención… incluso comer en público, usar los baños públicos o ir a lugares donde haya más gente -desconocida- les puede hacer sentir ansiedad.

Presenta mutismo selectivo

Si un niño es hablador en la intimidad del hogar pero es incapaz de hablar en la escuela o en otras situaciones sociales, puede que tenga mutismo selectivo. Los padres y profesores en ocasiones interpretan este silencio como algo intencional, pero en realidad es que el niño se queda paralizado.

El mutismo selectivo puede general una severa angustia al niño porque no se comunica pero sí quiere hacerlo. Imagina que quiere ir al baño en la escuela pero no lo dice… Estos niños se quedan paralizados cuando se les pide hablar. Pueden utilizar gestos, expresiones faciales… pero no quieren hablar. En casa incluso, pueden callarse si hay otra persona que no es de la familia. 

miedo en los niños

Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC)

Si tu hijo tiene miedos intensos o se siente obligado a realizar rituales repetitivos para que desaparezca la ansiedad o el miedo, puede que tener un trastorno obsesivo compulsivo. Los niños con TOC se sienten preocupados por pensamientos no deseados y temores -obsesiones- que se desactivan o se neutralizan por acciones repetitivas o compulsiones.

Las obsesiones comunes de un niño pueden ser el miedo a la contaminación, que a ellos o a algún familiar les pasará algo malo si no realizan sus rituales… Pueden lavarse las manos, tener movimientos repetitivos, abrir y cerrar puertas, tocar partes de su cuerpo de forma simétrica para neutralizar el miedo y estar más tranquilos. Incluso en ocasiones, pueden pedir a otros que participen en sus rituales.


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