Es bastante normal que durante los primeros meses de vida, el bebé solo es capaz de observar el mundo que hay a su alrededor cuando sus padres o gente cercana lo coge en los brazos. Con el paso del tiempo, el bebé empieza a desarrollar mucho más los músculos propios del cuello y es capaz de levantar la cabeza. Poco a poco irá desarrollando el resto de los músculos y al final será capaz de sentarse solo sin la ayuda de nadie.
Hay que ser paciente ya que el desarrollo del bebé es lento y hay que esperar hasta que sea capaz de poder sentarse.
A qué edad se debe sentar un bebé
Lo normal y lo más habitual es que el bebé intente sentarse a partir de los tres meses aunque como seguramente sepas, cada niño es un mundo. Al principio necesitará la ayuda de los padres para poder hacerlo, pero poco a poco irá teniendo mucha más fuerza y se sentirá preparado para hacerlo solo y sin la ayuda de nadie.
Entre los cuatro y los siete meses, los bebés ya son capaces de sentarse ellos mismos. A partir de tal edad, los músculos de cuello, la espalda y las piernas ya se han desarrollado lo suficiente para que sea capaz de sentarse y mantenerse sin problemas en dicha postura. Sin embargo, hay bebés que no son tan precoces y necesitan llegar al octavo mes para conseguir sentarse, por lo que no hay que impacientarse en ningún momento. Lo bueno de que puedan sentarse por sí mismos, es la autosuficiencia que tienen ya que son capaces de coger los juguetes que quieran y examinarlos y tocarlos tranquilamente.
A partir de los ocho meses, el bebé es capaz de mantenerse sentado durante unos minutos. El siguiente paso es el de empezar a gatear, momento muy especial que suele hacer mucha ilusión a los propios padres. Al tener una gran seguridad a la hora de sentarse, ya es capaz de echarse para adelante y con la ayuda de manos y piernas el poder gatear por toda la casa.
El momento de sentarse es muy importante para cualquier padre ya que indica que el bebé empieza a fortalecer todos sus músculos y es capaz de valerse poco a poco por sí mismo para examinar con tranquilidad todo el mundo que le rodea. Recuerda que hay que tener mucha paciencia y que no debes fijarte en otros bebés. Si al tuyo le cuesta un poco, no pasa nada ya que al final lo acabará consiguiendo.