La ecografía 3D es uno de los avances que nos da la tecnología para tener ese gran bonito recuerdo. La función que realiza este aparato es la de realizar una visión multidimensional del feto y observar en qué condiciones se encuentra y cuál es su aspecto. Sin duda, es uno de los mejores recuerdos y vamos a hacer una valoración de cuánto cuesta una ecografía 3D.
Este tipo de ecografía puede realizarse en cualquier momento del embarazo, aunque se recomienda hacerla entre las semanas 24 y 30 de gestación. Es en este momento cuando el bebé ya ha alcanzado la anatomía suficiente para ser observado. Más tarde de la semana 30 no se recomienda porque es demasiado grande y ya tiene poco espacio entre el feto y la pared uterina.
¿Cuánto cuesta una ecografía 3D?
Las ecografías 3D son el complemento del seguimiento de las ecografías 2D. Generalmente se suelen hacer en consultas privadas, ya que sanidad no cubre este tipo de ecografía a no ser que sea por un motivo especial. La consulta dependerá del centro dónde te lo realices y suele rondar cerca de los 150€.
Aunque llega a alcanzar hasta os 240€ dependiendo de los servicios adicionales que se pueden llegar a prestar, entre ellos la impresión de imágenes del bebé o un informe con algunos detalles informativos. En otros centros ofrecen precios especiales que vienen por pack, dónde ofrecen un precio más económico al realizar varias ecografías a lo largo del embarazo.
¿Qué ocurre si el bebé no se deja ver?
Las sesiones pueden durar entre los 30 a 40 minutos. Si durante este tiempo el bebé no se ha dejado ver, existe la posibilidad de que el centro te permita volver a repetirla en otra ocasión. En la siguiente sesión puede que el precio no sea igual o se realice gratuitamente.
¿Qué te permite ver una ecografía 3D?
La ecografía 3D hoy en día es de las más demandadas cuando las madres quieren hacerse un examen prenatal. La ecografía o ultrasonido tradicional 2D ofrece una visión en un solo plano con una imagen oscura y poco detallada dónde a veces el ojo no consigue observar apenas nada.
Con el ultrasonido 3D se permite ver una imagen más detallada con una visión más real o vívida del bebé. Se muestra al feto en tres planos ortogonales del espacio que analiza su superficie y captura con más exactitud partes de su cuerpo dónde se permite hacer una mayor investigación. Además, permite observar imágenes estáticas de alta resolución y crea una visualización que se asocia a una mayor vinculación emocional entre los padres y el bebé.
Su técnica cada vez va alcanzado mucho más protagonismo, ya que la medicina cada vez utiliza mucho más su función para hacer una valoración de la cavidad uterina, para posibles anomalías, información para realizar la embrio-transferencia en técnicas FIV, o para estudios más detallados en problemas de abortos de repetición o en infertilidad.
Diferencia con la ecografía 4D
Hoy en día, las madres pueden acercarse a centros privados a realizarse la ecografía 4D, llegando a existir en otros casos la 5D. A diferencia de la 3D su software está mejor optimizado ya que capta el movimiento del feto en tiempo real.
La ecografía 4D aporta imágenes más nítidas dónde se puede visualizar una realidad mayor. Con los datos que ofrece puede crear un valor emocional a los padres, ya que da a conocer un aspecto mucho más real de sus rasgos antes de que nazca.
Ventajas de las ecografías
Como ya hemos reseñado su funcionalidad permite ver el feto en tres dimensiones y valorar varios diagnósticos importantes. Ayuda a reconocer cómo está el cordón umbilical y cualquier parte del cuerpo del bebé incluidas las extremidades. Y es solo la parte más superficial, porque también permite observar anomalías torácicas o en órganos fetales.
¿Más ventajas? Este sistema también permite medir el tabique uterino y a poder someterse a más pruebas imprescindibles en el embarazo para reemplazar aquellas que son invasivas. Como la histerosalpingografía o la histeroscopia.