Muchos de nosotros seguramente nos hayamos encontrado en más de una ocasión con un absceso. Este tejido infectado puede formar parte de muchas clases de abscesos, todas relacionadas en diversas partes del cuerpo, aunque las más principales y comunes son las zonas cutáneas y dentales.
La piel, el área subcutánea y los dientes son las zonas más propensas, en estas zonas los abscesos son provocados por bacterias, parásitos y sustancias extrañas. Su forma es fácil de ver y en muchos de los casos su inflamación puede provocar molestias e incluso dolor.
¿Qué es un absceso?
Es una zona del tejido infectado que tienen la forma de zona abultada, muy parecido a un grano o una espinilla. A veces no se suelen inflamar demasiado pero denotan un dolor al tacto, e incluso suelen enrojecerse y coger calor.
Ocurren cuando la zona del tejido se infecta por el ataque de bacterias, parásitos u otro tipo de sustancias y dónde nuestros glóbulos blancos se mueven hacia la zona infectada para eliminarlos. La zona queda acumulada de muchos glóbulos blancos y es cuando se forma el pus. Esta zona quedará hinchada y llena de glóbulos blancos vivos y muertos, de bacterias, tejido muerto u otras sustancias extrañas.
¿Cuál es el tratamiento para un absceso?
Si tienes un absceso en la piel y no te lo tocas, con el tiempo puede que se abra y comience a drenarse solo. De esta forma se ha hecho una eliminación natural de sus fluidos y la infección puede remitir en un par de días.
Si por el contrario necesitas dar un empujón a ese absceso es importante reseñar que nunca lo aprietes ni intentes reventártelo. De esta forma podrías provocar que la infección se expanda a otras partes más profundas del cuerpo y se complique la situación.
Para ello puedes colocar con las manos bien limpias sobre el absceso, una compresa de agua tibia y dejarla unos minutos, esto ablandará la zona. Por regla general esto hará que se abra de forma natural y drene el pus, Puede que no lo drene todo el mismo día, pero tendrás que hacer esto mismo durante varios días hasta que se pare la infección.
En el caso de un absceso en la boca probablemente venga el problema de alguna infección provocada generalmente por una caries. Si se tiene dolores e inflamación es recomendable visitar al dentista para que haga un análisis y un tratamiento al respecto.
Si por el contrario el absceso se complica, se vuelve más doloroso, se inflama demasiado, presenta mucho dolor e incluso notas fiebre y escalofríos, entonces debes de acudir a un médico para que te lo drene y administre unos antibióticos.
¿Cómo es el tratamiento en una consulta médica?
Si has llegado hasta la consulta es porque seguramente haga falta de unas manos expertas para poder hacer una cura y extraer el pus. Seguramente use el proceso del bisturí para crear una incisión o utilizará una agua para crear una aspiración.
Si fuese necesario se utilizarán medicamentos anestésicos antes de drenar el absceso y que no sea doloroso. Una vez se haya hecho la extracción se cubrirá con una gasa para que absorba el fluido que vaya saliendo de él y a la vez haga su curación. Ya sólo es cuestión de días para que se vaya desinflamando con las curas y los antibióticos.
Cuando los abscesos se encuentran mucho más debajo de la superficie de la piel es posible que se recurra una operación. Hará falta pasar por cirugía en el hospital por lo que seguramente se tarde mucho más en realizar. El tiempo de curación será exactamente igual que en el anterior caso, aunque habrá que estar atentos por si se han cogido puntos para cerrar la herida.
Es fundamental saber que qué pasaría si no se trata un absceso. Por regla general suele crecer hasta perforar la piel y hace que se drene solo espontáneamente debido a la presión. En casos más extremos cuando duela, haya hinchazón y no quiera fluir hacia la superficie es cuando hay que acudir a un especialista para que pueda ayudarnos.