Cuidados básicos que necesita un niño con gastroenteritis (en casa)

gastroenteritis en niños

La gastroenteritis es el trastorno digestivo que más sufren los niños. Y, aunque en la mayoría de los casos remite con algunos cuidados caseros, es muy importante controlar la situación para evitar posibles complicaciones. Conocer los síntomas más frecuentes, es la clave para poder actuar a la mayor brevedad. Incluso, apreciar los primeros síntomas y saber cómo actuar, puede marcar la diferencia.

Ya que en muchos casos, lo normal es que no sepamos diferenciar una infección digestiva de una mala digestión. No obstante, la forma de actuar en los primeros momentos es muy similar. A continuación vamos a repasar los síntomas comunes de la gastroenteritis en niños, así como los cuidados básicos que el pequeño necesita para recuperarse rápidamente.

Qué es la gastroenteritis

La gastroenteritis es una afección digestiva, que se produce por la inflamación de la pared que recubre el estómago y los intestinos. El principal síntoma de la gastroenteritis es la aparición de la diarrea, generalmente de una forma brusca. Esta puede estar acompañada de dolor abdominal, fiebre o vómitos. Por lo general, la gastroenteritis suele curarse por sí sola después de unos días, aunque puede prolongarse por más de 15 días.

Las causas de la gastroenteritis pueden ser diversas, aunque en los niños, generalmente se produce por una infección vírica o bacteriana. En ocasiones también puede producirse por un parásito intestinal, pero no es muy frecuente en los niños. Aunque en la mayoría de los casos se trata de un trastorno poco grave, en menores de dos años es la principal causa de hospitalización en niños, principalmente por el conocido rotavirus.

Cuidados básicos para un niño con gastroenteritis

gastroenteritis

El principal riesgo de la gastroenteritis en niños, es que las deposiciones frecuentes y acuosas pueden producir rápidamente una deshidratación. Por ello, el primer cuidado que debemos tener con el niño en cuanto aparecen los primeros síntomas, es asegurarnos de que el pequeño toma suficiente líquido. En ningún caso se debe obligar al pequeño a tomar agua, sino ofrecérsela cada vez que se produzca una deposición, a pequeños sorbos y de forma frecuente.

También puedes utilizar una solución alcalina, o un preparado de suero que se puede adquirir sin receta médica en la farmacia. Estos preparados además vienen con sabor incorporado y en la cañita contiene probióticos, que actúan como reconstituyente de la flora intestinal. En ningún caso se recomiendan bebidas isotónicas, zumos o bebidas carbonatadas, ya que contienen grandes cantidades de azúcar.

¿Debe hacer el niño dieta especial?

Como primer cuidado básico, lo que se recomienda es que la dieta del niño sea suave, pero no necesariamente astringente. Lo que si es recomendable es evitar alimentos muy grasos, cocinados con mucha grasa o que puedan resultar pesados. Puedes darle pescado a la plancha, arroz hervido con zanahoria, crema de zanahoria o manzana asada.

En el caso de los bebés, menores de dos años, la gastroenteritis puede complicarse y agravarse en muy poco tiempo. Por ello, es aconsejable acudir a la consulta del pediatra lo antes posible. Lo que se recomienda en estos casos es que se continúe con la lactancia materna, ya que la leche de la madre contiene el agua y los nutrientes necesarios para mantener al niño hidratado.

Cuándo acudir al médico

Los síntomas de la gastroenteritis pueden alargarse durante varios días, incluso más de dos semanas. Sin embargo, las deposiciones se deben ir espaciando una vez que se comience con los cuidados básicos y el cambio en la alimentación. Por lo qué, si pasadas las primeras horas, las deposiciones son muy frecuentes y el niño no retiene ni el líquido que tome, debes acudir rápidamente a la consulta del pediatra.


También debes observar otros síntomas que pueden ser la señal de alerta de una infección más grave, como sangre en las heces o fiebre alta. Otros rasgos que debes observar son los relacionados con la deshidratación, como la sequedad en los labios. Por último, si observas que el niño tiene dificultad para respirar o el pulso muy rápido, debes acudir a los servicios de urgencia lo más rápidamente posible.


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