Deberes: ¿regulación, eliminación o nos quedamos como estamos?

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El tema de los deberes vuelve a ocupar páginas en los periódicos. Esta vez (después de tantos avisos de la OMS que avisaba de que un exceso de ejercicios perjudicaba la salud de los niños y de que muchos expertos afirmasen que no tenían un fin educativo), el Congreso de los Diputados ha pedido al gobierno la creación de un grupo de trabajo que elabore una propuesta de regulación de los deberes en educación primaria.

Estaríamos hablando de un pacto educativo. Un pacto educativo que buscaría garantizar el derecho de los niños a disfrutar de su tiempo libre y de conciliar con sus familias. Dicho de este modo, parece que estamos tratando a los niños como si fueran adultos estresados y agobiados por la cantidad de cosas que tienen que hacer. Y sé que algunos de vosotros estaréis pensando que razón no me falta.

La diputada socialista María Luz Martínez explicó en el debate que «en muchas ocasiones los deberes son repetitivos, tediosos y sin un fin educativo concreto». ¿Y ahora se dan cuenta? ¡Menudo descubrimiento han hecho! Tengo 28 años actualmente, y ha hecho falta todo ese tiempo y posiblemente más, para que los políticos se den cuenta de que un exceso de deberes no es bueno para ningún estudiante (no solo para los de educación primaria como dice el congreso).

La Comunidad de Madrid, Murcia, Cantabria y Canarias ya han aprobado diversas recomendaciones sobre la limitación de deberes de los niños. Pero parece ser que no todos los padres ni todos los expertos están de acuerdo en regular los ejercicios de los estudiantes. Hay familias que exponen que los deberes ayudan a los niños a reforzar los contenidos aprendidos y adquiridos en los colegios y que les ayudan a adquirir buenos hábitos de estudio y de disciplina.

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Albert Sáez, periodista y profesor universitario defendió que la huelga de deberes fue un ataque de los más feroces a la autonomía de las escuelas y a la libertad de cátedra de los profesores. Por supuesto, todos estamos a favor de que los colegios tengan libertad, autonomía y que los docentes puedan aplicar el método de enseñanza que crean que es el más correcto para los alumnos pero eso no les da derecho a agobiar a los estudiantes con tal exceso de deberes.

Pero, ¿de verdad aprenden algo los niños con los deberes? Pues tal y cómo son los deberes ahora (y desde hace muchos años) yo creo que no. Estamos hablando de ejercicios repetitivos, largos, rutinarios y que posiblemente no tengan un fin educativo. Los deberes no fomentan un hábito de estudio en los alumnos. Lo que hacen es que se tengan que sentar en una silla día tras día al llegar de clase (como si eso no fuese suficiente) a hacerlos porque sino algunos docente les pone un punto negativo o les castiga.

César Bona, considerado el mejor profesor de España, afirma que un niño de seis años no puede llegar a casa con deberes y que hay que dejarles disfrutar de la infancia. Y es que si nos paramos a pensar, los niños tienen muy poco tiempo libre para hacer lo que realmente les gusta. Personalmente, tengo unos vecinos pequeños que van a segundo y quinto de primaria. Los dos son hermanos y ambos ya tienen la agenda llena de deberes extra para hacer en Navidad: ejercicios de inglés, de lengua, de matemáticas… La único que les hace pensar que están de vacaciones es que no tienen que ir a clase.

Pero, ¿qué pasa con los deberes si nos alejamos de la etapa de educación primaria? Que los propios estudiantes de educación secundaria tienen que decir a los profesores que no les manden tantísimos deberes porque se pueden llegar a juntar fácilmente con treinta ejercicios de biología, de física y de inglés. Y por supuesto, en los puentes y en los festivos tienen tareas extra por tener más tiempo libre. Tiempo libre que sin duda alguna invierten en realizar los ejercicios. De esta manera, se está fomentando la desmotivación y desilusión escolar. ¡Y luego hay quién se sorprende del índice tan elevado de fracaso escolar!

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Entonces, ¿qué se podría hacer? Personalmente, estoy de acuerdo en una regulación de los deberes. Además de eso, cambiaría los deberes repetitivos y memorísticos por juegos educativos y neuroeducativos que de verdad sirvan de repaso y motive a los estudiantes a hacerlos. ¿No existen los crucigramas? ¿No existen las sopas de letras para adquirir más vocabulario? ¿No existen plataformas educativas en Internet en las que hay juegos de matemáticas, de lengua y de inglés en las que los niños se lo podrían pasar en grande y aprender cosas nuevas?


Por supuesto que existen. Pero parece ser que todavía caminamos en el tradicionalismo de años atrás: una veintena de ejercicios que resolver en los cuadernos y resúmenes de los temas del libro de texto. Hay algunos centros educativos españoles (por no hablar siempre de Finlandia) que han eliminado los deberes y los exámenes. Y los estudiantes están muy lejos de ser menos responsables. Todo lo contrario: han aprendido en las aulas a través de los trabajos por proyectos a trabajar en equipo, a debatir, a cooperar y a investigar. Si hay padres y docentes que quieren que estudiantes e hijos repasen en casa, hay muchas más formas de hacerlo que no sean los deberes de toda la vida.


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  1.   Macarena dijo

    Hola Mel, mi opinión está en la línea de lo expuesto en el post. Estoy en contra de los deberes en Infantil (etapa educativa No Obligatoria, que a veces se nos olvida) y en primer ciclo de Primaria. No me gusta tampoco que los niños lleven deberes excesivos a casa a partir de los 8 años, es más, puestos a pedir, pediría que si tienen que haber deberes, que estos sean flexibles e inciten al descubrimiento: un cuaderno de campo, una investigación sobre el comercio del municipio.

    Y en el punto en el que estoy ahora (ya que siempre estoy aprendiendo, creciendo y moldeándome) apostaría por metodologías tipo flipped classroom: deberes en el aula y para casa descubrir los contenidos en formatos atractivos y adecuados a la edad. Si tenemos que evolucionar, hagámoslo, lancémonos y ya iremos corrigiendo errores, porque si no… pues tendremos a unos niños educados en modelos tradicionales que en el futuro se tendrán que desenvolverse en una sociedad moderna y cambiante, y eso será duro para ellos.

    Mil gracias por el post… <3