Si piensas que regalar demasiados juguetes en Navidad es sinónimo de navidades perfectas, ¡estás bien equivocado! Aunque la sociedad intenta motivarnos al consumismo porque de esta manera la economía sale a flote aunque en tus bolsillos se note un agujero navideño, la verdad es que como siempre… menos es más.
Esto significa que no es necesario colmar a los niños (ni a nadie) de regalos, porque hacerlo solo restará ilusión a la Navidad. En cambio, si en lugar de comprar regalos casi sinsentido y centrarnos en pequeños detalles que realmente hagan ilusión al destinatario, entonces la cosa cambia y la Navidad puede tener u significado mucho más importante.
Los niños que reciben demasiados juguetes no aprecian las cosas, ni tampoco las valoran, además son menos tolerantes a la frustración… problemas que se podrían haber evitado solo mostrándole más austeridad y haciéndoles ver que con menos, siempre es más. La felicidad no se encuentra en la cantidad de regalos, aunque solo sea uno… lo importante es saber apreciarlo. En cambio, un niño que está acostumbrado a tener muchos regalos estará siempre insatisfecho e infeliz, porque no ha aprendido a ser agradecido.
Aunque suene tópico, la realidad es que los regalos no es lo importante y no hay que darles tanta prioridad en las fiestas navideñas. Lo que realmente importa y haya que hacer que los niños se den cuenta es que el tiempo en familia, las reuniones familiares, ver a esas personas que no se ven durante todo el año… Porque esos momentos son los que en realidad nos llenan el corazón de felicidad. La salud de los familiares y el tiempo para pasarlo juntos es el mejor regalo… Y si los Reyes Magos o Papá Noel traen regalos, será fabuloso, pero no por la cantidad, sino que, aunque solo sea 1 o 2 regalos, los niños sepan apreciarlo.