La primera visita al dentista suele crear mucha confusión en la mayoría de los padres. Generalmente, se desconoce cuál es la recomendación general al respecto, puesto que se tiende a pensar que los niños no tienen que ir al dentista hasta que tienen todos los dientes. Y es aquí donde radica el primer y más importante error, que se presupone que los niños no tienen caries y que por ello se puede retrasar esa visita médica.
Sin embargo, hoy en día existen recomendaciones muy claras respecto a este tema. Lo que indican los dentistas es que la primera visita debe ser al cumplir el primer año. ¿Te parece demasiado pronto? quizá lo creas porque lo normal es que un niño de un año no tenga aún todos los dientes. Pero existen otros problemas asociados que se deben revisar con tiempo, para poder poner el remedio necesario en cada caso y evitar problemas mayores.
La primera visita al dentista
Antiguamente los especialistas recomendaban retrasar la primera visita al dentista, hasta que el niño tuviese fuera todos los dientes de leche. Sin embargo, cada vez acuden más niños pequeños a la consulta del dentista con problemas de caries. Además de otros problemas derivados de golpes o de malos hábitos, como el uso prolongado del chupete.
Por este motivo, la recomendación a día de hoy es que los niños deben recibir su primera revisión en el dentista al cumplir el primer año de edad. De esta forma, se podrá revisar que el crecimiento y desarrollo de la dentadura del niño se produce de forma adecuada. Además, se aconseja una revisión anual para confirmar que todo sigue bajo control, puesto que es muy normal en niños recibir golpes o descuidar el cepillado dental.
En qué consiste la primera revisión
En la primera revisión, el dentista revisará los dientes que tenga el bebé y se asegurará de que tienen un color blanco homogéneo. También revisará las encías del pequeño y comprobará que si existen problemas como los siguientes:
- Caries, muchos bebés padecen de caries en los dientes producidas por los azúcares de la leche. Se conocen como caries del biberón
- Alteraciones en el desarrollo de los dientes: la mordida cruzada o abierta se produce como consecuencia del uso prolongado del chupete, también por la costumbre de chuparse el pulgar u otro dedo.
- Traumatismos: es muy habitual que los niños reciban golpes en la cara, muchos de ellos en la boca. Cuando comienzan a caminar, a correr y a querer investigar el mundo a un ritmo más rápido del que controla su cuerpo, suelen recibir golpes y caídas. A veces, esas caídas que parecen inofensivas porque no dejan huella visible, pueden producir traumatismos internos que afectan al desarrollo de los dientes.
Las visitas regulares al dentista permitirán vigilar de cerca el crecimiento de los dientes de tu hijo. Así, si se detecta algún problema, se podrán tomar las medidas oportunas para corregirlo antes de que se complique más la situación.
Cuida los dientes de tus hijos
La limpieza bucal debe formar parte de la rutina habitual de higiene de los niños, desde que son bebés. En cada etapa deberás utilizar un cepillo de dientes adecuado. En el caso de los bebés, bastará con una gasa limpia humedecida en agua, con tu dedo índice puedes limpiar bien sus encías y estimular la salida de los dientes. Acostumbra al niño a la limpieza de dientes, de esta forma crearás un hábito que el pequeño asumirá en su rutina diaria como algo esencial.
También es muy importante cuidar la alimentación de los más pequeños para evitar caries o otros problemas derivados. Si tu bebé toma biberón, procura que no pase demasiado tiempo con el biberón él solo, para evitar el contacto con el azúcar de la leche que adhiere a la tetina del biberón.
No olvides revisar frecuentemente la boca y los dientes de tu hijo. Los dientes deben tener un color blanco homogéneo, por lo que si observas manchas oscuras debes acudir a la consulta del dentista rápidamente.