Depresión en preadolescentes

La preadolescencia es la etapa en la que los niños pasan por una transición para convertirse en adolescentes. Todas las etapas de la infancia son importantes, pero en todas ellas es necesario que los padres y las madres estén atentos/as porque hay veces que los pequeños pueden presentar depresión. Los preadolescentes también pueden mostrar síntomas de depresión y en caso de que lo detectes, será necesario que reciba la ayuda psicológica necesaria para poder mejorar la situación.

Puede ser difícil saber si tu hijo está pasando por un episodio importante de depresión en la niñez o si está temporalmente teniendo un mal comportamiento porque es ‘parte normal de esta etapa de desarrollo’. Actuar rápidamente para ayudar a tu hijo, sea cual sea su situación, es importante. Nunca hay que mirar hacia otra parte y pensar que la situación pasará sola… Porque no lo hará y es más, sin ayuda, estas situaciones siempre van a peor.

La preadolescencia y la depresión infantil

Las hormonas están activadas, tienen más responsabilidades y sus horarios diarios comienzan a estar sobrecargados. Para hacer que las cosas sean aún más desafiantes, los preadolescentes también luchan con el cambio de las relaciones entre familiares y amigos, el estrés, las confusas expectativas culturales y la ansiedad que a menudo conlleva su próxima adolescencia. No es de extrañar que tantos niños sufran de tristeza ocasional o, posiblemente, incluso depresión infantil.

Los niños que sufren de depresión infantil tienen más probabilidades de consumir alcohol y drogas. También están en mayor riesgo de involucrarse en otros comportamientos peligrosos… Por todo esto y por su bienestar emocional es necesario que se tengan en cuenta los posibles síntomas para ayudar cuanto antes al preadolescente deprimido o confundido.

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Reconocer la depresión en preadolescentes

El primer paso para ayudar a tu hijo es reconocer que realmente puede haber un problema. La depresión en los preadolescentes puede no ser notada de inmediato. Los síntomas pueden ser difíciles de detectar y pueden confundirse con las etapas normales de crecimiento. A esta edad es habitual el mal humor, sus hormonas y emociones cambiantes pueden hacer que sea difícil saber si están pasando por una fase o si es algo más serio.

Los síntomas de la depresión en preadolescentes pueden variar de uno a otro, pero no es infrecuente que cuando les ocurre muestren varios de los siguientes comportamientos en un momento u otro de sus días:

  • Cambio en el apetito (comer mucho o no comer demasiado)
  • Retirarse de los amigos y de las actividades
  • Trastornos el sueño como dormir demasiado, no dormir bien o evitar dormir
  • Bajada en las calificaciones de la escuela
  • Obsesión por la imagen de su cuerpo
  • Sentimientos de frustración
  • Incapacidad para completar tareas simples
  • Culpa abrumadora y sentimientos de inutilidad
  • Cambio en su comportamiento normal y cambios de personalidad
  • Renuncia a participar en actividades sociales
  • Ira y arrebatos emocionales intensos
  • Dolores de estómago, dolores de cabeza… que no responden a tratamientos
  • Dolores físicos que no se pueden explicar ni tampoco tratar
  • Incapacidad para disfrutar de la vida
  • Falta de interés por el presente y el futuro

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Los síntomas anteriores aunque son indicadores de depresión, puede ser confuso para los padres porque también es bastante normal que los chicos y chicas de esta edad los tengan habitualmente. Es decir, estos síntomas no necesariamente significa que tengan depresión infantil puesto que son bastante característicos de esta etapa. En cambio, es necesario tener algunos criterios en cuenta para poder diferenciar si realmente se trata de depresión infantil y poder tomar las medidas oportunas:

  • Si el comportamiento de tu hijo dura más de dos semanas, puede ser una señal de que podría tratarse de depresión infantil.
  • Si no estás seguro/a de cómo es el comportamiento de tu hijo, consulta a tu pediatra, a un psicólogo o un psiquiatra para poder obtener una opinión y quizás una evaluación más exhaustiva.
  • Pregunta a los miembros de la familia, al maestro de tu hijo o a cualquier otro adulto con el que tu hijo tenga contacto habitual, cuál es el pensamiento que tienen en cuanto al comportamiento de tu hijo.
  • La depresión en los niños, cuando no se trata, puede llevar a una serie de otros problemas graves, como el abuso de drogas y alcohol, problemas de pareja en el futuro e incluso el suicidio.

Causas de depresión infantil

En los adolescentes, la depresión puede desencadenarse por la falta de neurotransmisores (que les ayudan a sentirse feliz). Una combinación de eventos traumáticos o estresantes (divorcio, fallecimiento, problemas de amistad, mudanzas familiares, etc.) también puede desencadenar la depresión en algunos jóvenes, al igual que una predisposición familiar a la enfermedad. Lo creas o no, la depresión es en realidad bastante común en adolescentes, 1 de cada 30 puede tener depresión.

La buena noticia es que la depresión puede ser tratada con éxito. Con un buen seguimiento de un profesional y el apoyo adecuado por las personas del entorno, un niño que sufre de depresión tiene muchas posibilidades de superar la enfermedad.

Depresión post-parto

Qué tienes que hacer

A estas alturas, es posible que te estés preguntando qué tienes que hacer para poder ayudar de forma exitosa a tu hijo con depresión. Lo primero que debes hacer es visitar al pediatra. Este profesional puede recomendar que tu hijo sea atendido por un proveedor médico de salud mental, por lo que te haría la derivación pertinente. En algunos casos, la terapia es suficiente para ayudar a un niño con problemas en los momentos difíciles. En otras circunstancias, la medicina puede ser necesaria, todo dependerá de cómo evolucione el/la menor.

Si crees que tu hijo tiene depresión, es importante que te asegures cómo es su vida en la escuela, con sus amigos o en redes sociales. Es necesario saber si le está ocurriendo algo con las personas de su entorno o si padece bullying. Sea cuál sea tu papel, es necesario que tu hijo te sienta como un apoyo amoroso que estará a su lado siempre que lo necesite. Para ello:

  • Escucha siempre a tu hijo cuando compartas información sobre sus sentimientos
  • Nunca le juzgues sobre lo que te esté diciendo
  • Hazle saber que estarás a su lado siempre y cuando te necesite

Todo esto deberás seguir diciéndoselo aunque creas que ya lo sabe o cuando muestre sentimientos de hostilidad hacia ti. Los preadolescentes deprimidos necesitan escuchar que estarás allí para ellos y que tu amor es incondicional.


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