Parece contradictorio, pero el verano es la estación más beneficiosa para la piel. El sol, el agua del mar, la sal y el aire libre tienen numerosos puntos positivos que podemos aprovechar, en tan solo veinte días se podría curar una dermatitis leve y las más complicadas tendrían muchísima mejoría ¿Quieres saber cómo?.
La dermatitis atópica es una enfermedad que suele salir antes de los seis meses, es muy común en niños y en ocasiones puede llegar a ser una gran molestia tanto para ellos como para la familia. Su tratamiento es algo entretenido porque hay que aplicar cremas varias veces al día, pero la acción del sol combinada con el agua del mar pueden tener efectos espectaculares.
Qué no debes hacer en la playa
- Antes de los dos años no hay que exponer al niño al sol entre las once de la mañana y las cuatro de la tarde ya que su piel es muy sensible y podría causarle más daño. Hay que controlar bien el tema de las quemaduras porque una cantidad excesiva de rayos UV disminuye las defensas inmunitarias, lo que expondría a la piel al ataque de verrugas y herpes y empeoraría la situación.
- Es recomendable evitar las altas temperaturas ya que lo más probable es que el bebé o niño sude más y eso le provocaría más picor.
- No hay que usar una cantidad excesiva de crema porque de esta forma estaríamos ocluyendo la piel y eso daría lugar a la aparición de más sudor.
Qué se debe hacer
Lo que se debe hacer es bañarse a menudo en el mar y tomar mucho el sol (con las precauciones adecuadas) para que la piel se regenere. Realizando esto durante veinte días se conseguirían ver los resultados. Lo ideal sería ir a la playa a primera hora de la mañana y a última hora de la tarde, cuando los rayos del sol son menos agresivos.
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