Día Mundial de la Alimentación: retos, acciones y voces del terreno

  • El Día Mundial de la Alimentación promueve mejor producción, nutrición, medio ambiente y vida mejor bajo un lema de cooperación global.
  • Conflictos, clima extremo y mercados inestables tensan los sistemas agroalimentarios mientras persisten el hambre y el desperdicio.
  • Iniciativas destacadas: nuevo Museo y Red de la FAO, campañas públicas y soluciones tecnológicas para reducir pérdidas de alimentos.
  • Testimonios desde el terreno evidencian la urgencia de actuar; hay vías concretas para consumir mejor y proteger recursos.

Día Mundial de la Alimentación, alimentación saludable y sostenible

Cada 16 de octubre el mundo vuelve la mirada a un objetivo compartido: garantizar alimentos suficientes, seguros y sostenibles para todas las personas. La fecha coincide con la fundación de la FAO y, desde 1981, más de 150 países organizan actividades para visibilizar los desafíos y las oportunidades que rodean a la alimentación.

Este año la conmemoración se articula en torno a la cooperación y a las llamadas «cuatro mejoras»: mejor producción, mejor nutrición, mejor medio ambiente y una vida mejor. Bajo el lema «Mano a mano por unos alimentos y un futuro mejores», administraciones, comunidades, empresas y ciudadanía se dan cita para debatir, aprender y, sobre todo, pasar a la acción.

Qué se conmemora y cuál es el foco

El Día Mundial de la Alimentación pone el acento en cuestiones clave como el hambre, la pobreza y la seguridad alimentaria, pero también en la sostenibilidad de los sistemas agroalimentarios. La FAO recuerda que no se trata solo de producir más, sino de producir mejor, protegiendo suelos y agua, reduciendo pérdidas y desperdicio y asegurando dietas equilibradas.

La dieta mediterránea, con alimentos como el aceite de oliva en el centro de la mesa, se cita a menudo como ejemplo de patrón saludable y respetuoso con el entorno. Adoptar hábitos de consumo responsables y apoyar modelos de producción sostenibles son palancas esenciales para avanzar.

Sistemas agroalimentarios bajo presión

La FAO alerta de un escenario de incertidumbre creciente: conflictos, fenómenos climáticos extremos y volatilidad en los mercados afectan a la disponibilidad y el acceso a los alimentos. Mientras el hambre se cronifica en varias regiones, en otras se dispara el despilfarro y una dieta poco equilibrada.

Esa tensión exige reforzar la resiliencia a lo largo de toda la cadena, desde la producción primaria hasta el consumo. Hacerlo implica cuidar los recursos naturales, proteger la biodiversidad y apostar por prácticas que mejoren la eficiencia sin comprometer el futuro.

Innovación y economía circular, dos aliados

La transformación del sector pasa por innovar con criterio: tecnología, conocimiento y cooperación pueden reducir pérdidas poscosecha, mejorar la conservación y optimizar la logística. También suma la economía circular, con proyectos que revalorizan subproductos; por ejemplo, convertir el aceite de cocina usado en insumos para detergentes sostenibles, cerrando ciclos y reduciendo impactos.

En el ámbito doméstico, soluciones de conservación que mantienen humedad y temperatura óptimas, sistemas de circulación de aire estable, compartimentos de frío de rango flexible o iluminación que ayuda a preservar vitaminas son vías para alargar la vida útil de frutas y verduras y evitar desperdicios.

Museo y Red de Alimentación y Agricultura de la FAO

Con motivo del 80.º aniversario de la organización, el 16 de octubre se inaugurará el Museo y Red de Alimentación y Agricultura con el respaldo del Gobierno de Italia. Este espacio combinará exposiciones físicas y digitales para reunir tradiciones culinarias, innovaciones y buenas prácticas de todo el mundo.

La iniciativa nace como plataforma de encuentro para comunidades, investigadores y productores, alineada con las cuatro mejoras. El objetivo es compartir experiencias, impulsar la sostenibilidad y mejorar la nutrición, con guiños a la dieta mediterránea y al uso responsable de los recursos naturales.

Campañas públicas y participación ciudadana

La implicación institucional también avanza. En Canarias, la Consejería de Sanidad se suma a la jornada con la campaña «Y tú, ¿qué miras?, elegir bien está en tu mano», una llamada a escoger alimentos saludables y sostenibles y a tomar decisiones informadas en el día a día.


En China, escuelas y guarderías organizan actividades temáticas: desde reconocer cereales y granos hasta juegos de plantación simbólica de arroz. La educación alimentaria temprana ayuda a comprender el valor de los alimentos y la importancia de no desperdiciarlos.

Iniciativas del sector privado

El tejido empresarial aporta su grano de arena con programas orientados a reducir el desperdicio y mejorar la conservación. Bajo la idea de que «cada acción cuenta», algunas compañías promueven hábitos responsables y desarrollan tecnologías de refrigeración que mantienen la frescura más tiempo.

Entre las soluciones más citadas se encuentran cajones que optimizan la humedad para frutas y verduras, flujos de aire homogéneos que evitan picos térmicos, sistemas que simulan el espectro de luz natural para preservar vitaminas y compartimentos ajustables que cambian de temperatura según la necesidad.

Historias que ponen rostro al hambre

Detrás de las cifras hay vidas. Samira, madre de dos hijos que huyó del sur de Somalia por el conflicto, relata días en los que solo pudo ofrecer gachas a sus pequeños. Shila, con un puesto de frutas y verduras en Baidoa, trabaja jornadas maratonianas para ingresar una fracción de lo que obtenía antes; en muchos hogares, eso significa no llegar ni a una comida al día.

Nalo, de 26 años, perdió a un familiar y a su ganado durante la sequía. Sin agua ni pastos, su familia caminó durante días hasta alcanzar un campamento de desplazados. Fathi vivía de cultivar frutas y verduras; hoy sobrevive en un refugio improvisado, afectada por cosechas fallidas, alzas de precios y raciones reducidas. Ali Said, padre de ocho hijos, resume el cuadro: sequía severa, pérdida de medios de vida y dificultades para acceder a ayuda en zonas inseguras.

Sus voces condensan un mismo mensaje: la combinación de clima extremo, conflictos y pobreza empuja a millones a una inseguridad alimentaria que no se resuelve sin apoyo sostenido y acceso estable a alimentos, agua y medios de vida.

Datos para entender el desafío

Se estima que alrededor de 700 millones de personas pasan hambre y que unos 2.300 millones sufren inseguridad alimentaria. Al mismo tiempo, se pierden y desperdician hasta 2.500 millones de toneladas de alimentos al año (cerca del 40% de la producción, según estimaciones como las de WWF), lo que evidencia un desajuste entre lo que producimos, cómo lo gestionamos y lo que finalmente consumimos.

La solución no pasa solo por aumentar rendimientos; hace falta mejorar el uso del suelo, fomentar el comercio justo, invertir en infraestructura y transferencia tecnológica y potenciar la innovación en toda la cadena. Experiencias como la de los Países Bajos, con alta productividad y tecnología agrícola 4.0 en una superficie reducida, muestran el potencial de escalar buenas prácticas si existe voluntad y cooperación.

Qué puedes hacer desde hoy

Además de las políticas públicas y la acción del sector, la ciudadanía tiene margen para actuar de forma cotidiana y consistente. Estas son algunas medidas con impacto directo:

  • Planificar compras y menús semanales para evitar excedentes.
  • Priorizar productos de temporada y proximidad con menor huella ambiental.
  • Conservar correctamente: ajustar la temperatura del frigorífico y usar recipientes herméticos.
  • Valorar partes comestibles «imperfectas» y aprovechar sobras en nuevas recetas.
  • Elegir patrones saludables, como la dieta mediterránea, y reducir ultraprocesados.
  • Ahorrar agua y energía en la cocina y apoyar iniciativas con criterios sociales y ambientales.

La jornada deja una idea clara: frente a un mundo donde coexisten el hambre y el exceso, hay herramientas para construir sistemas alimentarios más justos, resilientes y sostenibles. De las instituciones al barrio, pasando por escuelas, empresas y hogares, cada decisión bien informada acerca el horizonte de una alimentación suficiente, saludable y respetuosa con el planeta.

Día Mundial de la Alimentación
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