El 14 de octubre se celebra el Día Mundial de la Espirometría, una fecha impulsada para recordar que la función pulmonar merece revisiones periódicas y que la detección temprana cambia el pronóstico de muchas patologías respiratorias. La iniciativa, promovida por la European Respiratory Society a través de la European Lung Foundation, se instauró en 2010 con vocación global.
En España, la SEPAR advierte que esta prueba sigue infrautilizada fuera del hospital, pese a ser esencial para diagnóstico y seguimiento de enfermedades como asma o enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC). Extenderla a Atención Primaria, con personal entrenado y equipos adecuados, permitiría identificar más casos a tiempo; para muchos clínicos, la espirometría es el equivalente respiratorio del electrocardiograma.
Qué se conmemora y por qué importa
La jornada pone el foco en concienciación, prevención y acceso a pruebas que evalúan la salud pulmonar. Sociedades científicas y servicios de salud organizan actividades para acercar la espirometría a la población y promover políticas públicas que refuercen la vigilancia de enfermedades respiratorias.
En distintas campañas se resume el espíritu del día en un lema de cuidado y autocontrol, del estilo «cuida tu salud respiratoria». El mensaje es claro: más pruebas de calidad, más formación y menos infradiagnóstico, especialmente en colectivos con mayor riesgo.
Qué es y cómo se realiza una espirometría
La espirometría es un examen rápido, seguro y no invasivo que mide cuánto aire entra y sale de los pulmones y a qué velocidad. Para ello se emplea un espirómetro con boquilla desechable; el paciente realiza inspiraciones y espiraciones siguiendo indicaciones precisas durante entre 5 y 30 minutos, según el protocolo.
El procedimiento requiere colaboración y buena técnica para obtener datos fiables. Normalmente se practica sentado, con pinza nasal y varias maniobras de soplado máximo, lo que permite valorar la capacidad pulmonar y el flujo aéreo.
- Antes del estudio: evitar comidas copiosas y ejercicio intenso en las 2 horas previas.
- Tabaco y estimulantes: no fumar el día anterior; evitar café, té, bebidas alcohólicas o carbonatadas si así lo indica el profesional.
- Ropa cómoda: facilita maniobras amplias de inspiración y espiración.
- Tratamientos: el especialista decidirá si hay que ajustar broncodilatadores u otros fármacos antes de la prueba.
Indicaciones: cuándo conviene solicitarla
Un profesional puede pedir espirometría para estudiar tos persistente, sibilancias, mucosidad o sensación de falta de aire, y para el diagnóstico o seguimiento de asma, EPOC y otras enfermedades respiratorias crónicas.
También se recomienda en fumadores y exfumadores, personas expuestas a polvo o químicos en el trabajo, y como parte de la valoración de riesgo preoperatorio. En controles seriados, ayuda a ajustar tratamientos y a monitorizar la evolución clínica.
- Síntomas respiratorios: tos, disnea, pitidos, infecciones repetidas.
- Seguimiento terapéutico: comprobar respuesta y ajustar fármacos.
- Salud laboral: exposición en industrias minera, textil, química, metalúrgica, petrolera o maderera.
- Preoperatorio: valorar función pulmonar antes de cirugía.
Seguridad, contraindicaciones y calidad de la prueba
Se trata de una prueba muy segura. Tras las maniobras intensas, algunas personas pueden notar mareo leve o sensación transitoria de falta de aire que cede en pocos minutos. En casos excepcionales pueden aparecer complicaciones, por lo que se realiza bajo supervisión sanitaria.
No se aconseja hacerla de inmediato tras un infarto u otras afecciones cardiacas recientes. Para evitar errores de medición, es clave la buena técnica: equipos calibrados, personal formado e instrucciones claras al paciente.
Atención Primaria y tecnología: el reto pendiente
Especialistas de SEPAR señalan que el bajo uso de la espirometría fuera del hospital alimenta el infradiagnóstico. La implantación sistemática en centros de salud exige recursos, tiempo y formación, porque una técnica deficiente genera resultados poco fiables.
La innovación ayuda: dispositivos portátiles y sistemas de interpretación automatizada pueden agilizar la toma y lectura de resultados en distintos entornos asistenciales, sin perder el control de calidad necesario.
Actividades y cobertura durante la jornada
Administraciones y hospitales aprovechan la fecha para impulsar talleres, cribados y actualización del personal. En algunos servicios regionales se realizan cursos específicos para mejorar la toma e interpretación de la prueba y se promueve su acceso en primer nivel de atención.
En ciudades como Iguazú, centros públicos han incorporado la espirometría de manera estable, atendiendo a pacientes con antecedentes de tabaquismo, secuelas de infecciones respiratorias, personas mayores o aspirantes a determinados empleos, además de los controles prequirúrgicos cuando procede.
Hábitos y riesgos respiratorios a vigilar
La jornada también recuerda que la prevención pasa por reducir factores de riesgo como el tabaco (activo y pasivo), la contaminación, la exposición a polvo o químicos y el sedentarismo. Adoptar hábitos saludables y consultar ante síntomas persistentes mejora la calidad de vida.
- Tabaquismo y contaminación: principales desencadenantes evitables.
- Alergenos y polvo: vigilar en el hogar y en el trabajo.
- Estilo de vida: alimentación equilibrada y actividad física regular.
- Edad y entorno urbano: mayor vigilancia en población vulnerable.
Este Día Mundial de la Espirometría refuerza un mensaje sencillo: más acceso a pruebas de calidad, mayor implicación de Atención Primaria y ciudadanía informada para diagnosticar antes, tratar mejor y respirar con más tranquilidad.
