La tuberculosis sigue siendo una epidemia mundial, antes de que llegara la COVID-19, era la enfermedad infecciosa que más muerte provocaba. Para que no lo olvidemos se recuerda tal día como hoy: Día Mundial de la Tuberculosis. Aunque la OMS no ha dado este año datos, las estimaciones son de que la tuberculosis infantil representa aproximadamente un 6% de todos los nuevos casos. Estos se concentra mayoritariamente en países con alta carga de morbilidad.
Diagnosticar la tuberculosis en los niños no es una tarea tan sencilla, ya que en muchos casos se enmascara con otro tipo de enfermedades. De esta dificultad, y de cómo ha afectado la COVID-19 a esta enfermedad, te hablaremos en el siguiente artículo. Si quieres tener más detalles sobre la tuberculosis infantil te recomendamos pinchar aquí.
Índice
Dificultades del diagnóstico de tuberculosis en los niños
En la infancia el diagnóstico de la tuberculosis es un desafío, ya que los métodos de los que se dispone, como la baciloscopía y cultivos suelen ser falsos negativos. Otras pruebas cutáneas de tuberculina (PPD) e IGRAS son complementarias con una sensibilidad y especificidad variable. Lo que esta prueba revela es una infección bacteriana pasada, aunque el niño no haya tenido síntomas.
Hacer unas radiografías es fundamental en los pacientes sospechosos. Algunos de los factores que hacen difícil estimar la carga de tuberculosis en la población infantil son:
- Dificultad de establecer un diagnóstico definitivo.
- Presencia de enfermedad extrapulmonar
- Escasa prioridad en materia de salud pública
En la actualidad, todas la estrategias para intentar terminar la epidemia TBC se han focalizado en mejorar el diagnóstico precoz a nivel mundial. La OMS y múltiples organizaciones dedican esfuerzos a mejorar la prevención, diagnóstico, tratamiento oportuno de la tuberculosis infantil, pero aún no se logran los objetivos marcados para 2030.
Niños con tuberculosis, pero no enfermos
Los niños pueden sufrir tuberculosis a cualquier edad, pero la horquilla más frecuente es entre 1 y 4 años. Alrededor del 90% de los niños infectados no enferma. Estos niños y niñas que no enferman, para muchos de ellos, la tuberculosis queda como una infección latente. Más adelante puede darse una futura transmisión de la enfermedad al reactivarse Tuberculosis (TBC) post primaria.
El resto de niños, los que sí enferman, ese 10% aproximadamente lo hacen durante los primeros 5 años después de la infección. Cuando un niño enferma, casi siempre es sinónimo de infección reciente, por lo tanto, es muy importante encontrar al caso primero que lo contagió. Este contagio suele darse, casi siempre, un contacto cercano intradomiciliario o en su entorno escolar.
No es habitual que los niños menores de 10 años, con tuberculosis de los pulmones infecten a otras personas. Estos suelen tener muy pocas bacterias en su mucosidad y tienen una tos relativamente ineficaz. Lo más importante es tener presente que la tuberculosis es previsible y curable.
Cómo afecta la COVID-19 a la tuberculosis infantil
En una nota de prensa enviada por la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) se ha alertado de que la tuberculosis y la COVID-19 son epidemias respiratorias parecidas y se pueden confundir. Ambas presentan tos, fiebre y dificultad para respirar. Una infección agrava a la otra y en el caso de coinfección se da una mayor mortalidad.
Por otro lado, la irrupción del coronavirus ha provocado que la rutina de los servicios de atención sanitaria para la tuberculosis, en muchos países, se hayan suspendido. Como ha ocurrido con otras patologías, la actual coexistencia de la COVID-19 con la tuberculosis ha mermado la calidad de asistencia, la continuidad de atención y una menor inversión en investigación.
En estos momentos, como se ha comentado antes, los esfuerzos están puestos en hallar más métodos para un diagnóstico rápido y nuevos fármacos que acorten la duración de los tratamientos a menos de seis meses. Que se notifiquen los casos dependen de la intensidad de la epidemia, las edades de la población afectada, los instrumentos de diagnóstico disponibles y las medida en que se practiquen en la localización de contactos.
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