El dolor de cabeza en un niño es tan real como el tuyo

Dolor de Cabeza

Los tipos de cefaleas más frecuentes durante la infancia son la migraña infantil y la cefalea tensional, en ambas juegan un papel importante los antecedentes familiares o la genética, y factores ambientales. De hecho, la mitad de los niños que padecen la segunda, han sufrido circunstancias estresantes en su entorno más inmediato, o enfermedades crónicas que afectan a su calidad de vida.

En el transcurso del V Curso de Neurología Pediátrica recién celebrado, los especialistas señalan que más del 90% de niños en edad escolar, han presentado cefalea en alguna ocasión; y en los últimos 30 años, la incidencia no ha hecho más que crecer. Las causas de que se produzcan mas diagnósticos por cefalea, pueden ser los cambios en los estilos de vida, pero también el aumento de las consultas por estas patologías; pensemos que el dolor de cabeza como síntoma en niños, muchas veces no recibe suficiente atención por parte de las familias, llegando incluso a considerarse invención de los pequeños. Hemos querido explorar un poco más este tema:

El dolor de cabeza o cefalea es una de las causas más frecuentes de ausencia por enfermedad a la escuela, según algunos estudios, hasta el 96 por ciento de los menores de 14 años, han padecido algún episodio. En un documento de la AEP, encontramos que no solo la prevalencia ha aumentado, como acabamos de mencionar, sino que tiende a ser mayor con la edad; por otra parte, parece que antes de la pubertad, no aparece de forma predominante en función del sexo, pero a partir del inicio del desarrollo puberal, se da con más frecuencia en niñas.

Factores causantes de las cefaleas.

La etiología es variada, pero por simplificarlo: las emociones inducidas por el estrés pueden generar contracciones musculares, que son involuntarias pero tienden a mantenerse, desencadenando la cefalea. Tales emociones pueden ser causadas por problemas familiares o personales (ya en la adolescencia), dificultades relacionadas con el entorno escolar (presión por exámenes, ser víctima de bullying, …). Existen otros desencadenantes como inflamación por procesos infecciones, vasodilatación (debida a hipoglucemia o hipertensión arterial), fatiga, ejercicio físico intenso, exposición intensa a la luz solar, traumatismos craneales, etc.

Antes de continuar, es necesario que sepáis que resulta conveniente consultar al profesional de la salud (pediatra o médico familiar), en el caso de cefaleas de repetición, agravadas, o que presentan aumento en su frecuencia o intensidad. Pero hay situaciones que requieren de visita a urgencias, como inicio brusco del dolor (e intensidad exagerada), o que aparezca asociado a alteraciones del nivel de conciencia, convulsiones o fiebre con rigidez de nuca.

El dolor de cabeza en un niño es tan real como el tuyo

Cuando a un menor le duele la cabeza, necesita ser escuchado y atendido, independientemente de si el origen es un problema físico o emocional; de si los síntomas son o no graves. Las enfermedades vinculadas a las emociones o la mente, son tan reales como las físicas, desatenderlas puede dar lugar a consecuencias inesperadas

Migraña infantil.

Quienes sufren de migraña, saben lo duro que es enfrentarse a esos episodios de dolor pulsátil que parece martillear los lados de la cabeza, saben el miedo que dan los primeros síntomas, porque preceden a horas de sufrimiento. Es un tipo de cefalea que también puede afectar a niños y adolescentes; se caracteriza por presentarse asociado a vómitos y diferentes molestias en el sistema digestivo. Un signo característico de la migraña es que “se anuncia” minutos antes con efectos luminosos percibidos por el paciente: puntos brillantes o una especie de aura. En ocasiones es difícil localizar las causas exactas del dolor de entre estas:

  • Elevada presencia de grasas, harinas o chocolate en la dieta; alimentación muy desequilibrada. Saltarse comidas; aporte insuficiente de agua.
  • Cansancio y trastornos del sueño (dormir muy poco o demasiado).
  • Exposición a ruidos muy fuertes; y de forma intensa a estímulos lumínicos, como los que proporcionan los dispositivos electrónicos.
  • Estrés escolar; nerviosismo por otras causas.
  • Lesiones físicas.
  • Efectos secundarios de haber tomado determinados medicamentos.
  • Exposición excesiva a la luz solar.

Los detonantes más comunes son algunos olores y haber ingerido algún alimento

¿Cómo es una migraña?

El niño estará irritable y desconcertado por el dolor tan característico. Suele provocar el vómito de alimentos tomados muchas horas antes; también una hipersensibilidad a ruidos y luces fuertes. La migraña puede acompañarse también por dificultades por tener un sueño regular, incluso por debilidad muscular y pérdida de coordinación.

Son ataques recurrentes que se localizan unilateralmente, aunque en niños suele producirse en los dos lados de la cabeza; su intensidad, frecuencia y duración pueden ser variables (entre 2 y 48 horas de duración). El pediatra puede diagnosticar y administrar tratamiento, pero también puede derivar a un especialista en neurología infantil. Se suele tener en cuenta la presentación de – al menos – cinco episodios de este tipo, para que se considere migraña.

La prevención

Pasa por evitar los desencadenantes, mantener una alimentación muy equilibrada, dormir las horas necesarias según la edad (e irse a la cama a una hora razonable), evitar el uso de dispositivos electrónicos por la noche, realizar actividad física al aire libre, pedir al médico que revise tratamientos farmacológicos en curso, si se sospecha que pueden ser causantes.


Cefalea tensional en niños

Es un trastorno bastante frecuente que puede durar hasta siete días, y consiste en dolor leve o moderado presentado bilateralmente, sin empeoramiento por actividades cotidianas. Estas cefaleas no ocurren junto a vómitos ni malestar digestivo, aunque a veces si que se asocian a fotofobia o fonofobia (reacción a los ruidos molestos). Su causa es el estrés provocado por exámenes, otros problemas en el entorno escolar (acoso escolar, exigencias elevadas por parte de profesores o familia), o familiares (disputas frecuentes, separación de los padres, u otros).

Se trata de un dolor opresivo que cede con descanso, y puede controlarse aprendendo técnicas de relajación. Quizás todos deberíamos tomarnos la vida con más calma (¿recordáis el post de Valeria sobre Crianza Slow? pues es aplicable también cuando los niños crecen) y de esta forma también ayudaríamos a los niños a manifestar emociones menos dañinas, y les evitaríamos las tensiones.

Se puede sentir como una constricción que se inicia en la nuca

Nuevamente es el especialista quien descartará otras causas del dolor (como una otitis), seguirá los criterios de diagnóstico, y establecerá tratamiento.

El tratamiento

Está claro que la pauta farmacológica la debe prescribir un médico, se suele utilizar parecetamol o ibuprofeno, y a veces (si los dolores persisten o no remiten) se recurre a triptanos, ergotamina o tratamientos profilácticos. Con las migrañas, funciona facilitar al enfermo un lugar tranquilo, libre de ruidos, oscuro y a una temperatura ambiente adecuada, los paños húmedos alivian un poquito. El descanso ayuda en caso de cefaleas tensionales.

En una publicación de la revista especializada “Neurology”, leemos que no todos los niños requieren intervención farmacéutica, y que siempre se debe tener en cuenta el valor limitado de cualquier medicamento, y su seguridad / eficacia en niños.


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