Dolores del postparto: qué esperar y qué hacer

El postparto

El postparto es una etapa desconocida para la mayoría de las futuras madres, no sólo para las primerizas, sino para cualquier futura madre. Al igual que el embarazo o el parto son completamente diferentes en cada caso, el postparto puede ser muy diferente para cada madre, incluso, para la misma mujer en diferentes puerperios. No obstante, los síntomas, las molestias y dolores postparto suelen ser muy similares en muchos casos.

Uno de los principales problemas en estos casos, es que las mujeres no están realmente preparadas para los dolores del postparto. No es algo en lo que se suele pensar, ni se le suele dar demasiada importancia. Ya que en la mayoría de los casos, lo que preocupa naturalmente es el momento del parto. Pero el puerperio está ahí, hay que pasar por él y hay que hacerlo de la mejor manera posible, de forma que puedas superarlo rápidamente y disfrutar plenamente de la maternidad.

Los dolores del postparto

Es normal que después del trabajo del parto la mujer se encuentre cansada y dolorida, ya que un parto tradicional requiere de un gran esfuerzo físico. En estos casos, tan solo es necesario un tiempo de descanso y algunos cuidados básicos, para que estas molestias desaparezcan. No obstante, existen otras complicaciones que es importante vigilar, por lo que es importante conocerlas para estar atenta ante cualquier problema.

Vamos a ver cuáles son las molestias más habituales en el postparto y cómo debes actuar para aliviarlas en cada caso.

Los entuertos

Entuertos postparto

Después de dar a luz, el útero sigue realizando contracciones para poder contraerse y así volver a su tamaño normal de antes de cobijar a tu bebé. Estas contracciones pueden producirse durante varios días, incluso durante las dos o tres semanas posteriores al parto. Durante las primeras horas, estas contracciones son bastante dolorosas y molestas, sobre todo después de haber realizado ese trabajo tan importante.

Las molestias por los entuertos se pueden aliviar aplicando calor en la zona, incluso, el médico puede recomendarte un analgésico suave si los dolores son muy intensos.

La episiotomía

La episiotomía es una incisión que se realiza en el periné, que es la zona que se encuentra entre el ano y la parte posterior de la vulva. Esta incisión se realiza durante el expulsivo, para favorecer la salida del bebé sin que se produzcan desgarros importantes en esta delicada zona. Este tipo de intervención requiere de puntos de sutura y esto es lo que puede producir molestias en la futura recuperación.

Los puntos molestan y más en esa zona, lo que impide que durante los primeros días puedas atender a tu bebé de una forma natural y cómoda. Puedes aliviar estas molestias aplicando compresas frías en la zona, aunque no debes excederte en el tiempo. También es fundamental que extremes las medidas de higiene, mantén bien limpia la zona y utiliza un jabón específico.

Si tu incisión es importante y tus dolores muy fuertes, el médico puede recetarte un antiinflamatorio en dosis bajas para aliviar las molestias. Recuerda no tomar nada por tu cuenta, especialmente si estás alimentando a tu bebé con lactancia materna.

La cesárea

Las mujeres que se ven sometidas a una cesárea durante el parto, necesitan un tiempo extra para su recuperación. Se trata de una intervención importante, a la que hay que darle su merecida atención. Cualquier madre necesita tiempo para recuperarse del parto, más aún en el caso de las que reciben una cesárea.


Tu médico te ofrecerá las pautas y cuidados necesarios para curar correctamente la cicatriz de la cesárea, incluso, en el enlace que te dejamos podrás encontrar consejos muy útiles. Aunque lo principal es que descanses todo lo que necesites y disfrutes de tu bebé sin ocuparte de nada más.

Dolor en los pechos

Lactancia materna

Durante las primeras horas tras el parto se produce la subida de la leche. Este proceso natural requiere de una importante transformación en los tejidos mamarios y esto produce importantes molestias, dependiendo de cada caso.

La mejor forma de aliviar esta molestia es colocando al bebé en el pecho con mucha frecuencia. De esta forma, se estimula la producción de leche y se alivian los conductos mamarios. Es fundamental que la lactancia sea a demanda, es decir, cada vez que el bebé se despierte o emita algún ruido colócalo al pecho sin esperar a que llore. Así podrás reducir los riesgos de sufrir mastitis y otras complicaciones.


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