En ocasiones cuando el embarazo no llega, las pruebas indican que no se puede conseguir un embarazo utilizando el material genético de uno o de ambos padres por distintas razones. Tener que renunciar a la carga genética es algo duro y difícil de asimilar, incluso hay personas que no lo llegan a aceptar nunca. Renunciar a nuestros genes es algo que cuesta y de lo que no se suele hablar. Hoy quiero poner el foco en estas situaciones donde hay dudas sobre tener hijos sin carga genética.
Donación de semen u óvulos
Son muchos los casos donde hay que hacer uso de donante de semen o de óvulos en casos de fertilidad. Los casos más habituales para donación de semen son:
- Alteraciones seminales graves.
- Ausencia de espermatozoides (azoospermia irreversible).
- Factor de fertilidad irreversible.
- Vasectomía.
- Anomalías cromosómicas.
- Portador de enfermedad genética.
- Incompatiblidad de RH con la pareja.
En el caso de donación de óvulos los casos más comunes son por:
- Enfermedad genética grave hereditaria.
- Alteraciones genéticas en los gametos.
- Fracaso de otras técnicas de reproducción.
- Fallo ovárico.
¿Cómo afrontar hombres y mujeres esta decisión?
Si después de pruebas e intentos de otras técnicas la única solución viable es utilizar a un donante por una parte o por ambas, llega el momento de tomar la decisión. Según sea el material genético al que haya que reemplazar (semen, óvulos o gametos) se vivirá de diferente forma por hombres y mujeres.
Las mujeres en general, son menos reacias a usar un donante. Puede que sea por el vínculo que se crea durante el embarazo o por qué no nos importa tanto los lazos genéticos. Sea por lo que sea, las mujeres no tenemos tantos reparos en utilizar un donante de esperma, de óvulos o incluso de gametos. Aunque es también una decisión difícil, aceptar que no serán nuestros óvulos los que se vayan a utilizar.
En el caso de los hombres la cosa cambia. Son mayores las dudas a utilizar un donante de esperma, por varios miedos. Miedo a no considerarlo suyo, a no compartir nada con él, a que la gente diga el típico comentario “no se parece nada a su padre”, … Son prejuicios que venimos arrastrando desde bien atrás y que dificultan la toma de la decisión, creando mucho malestar.
Este duelo se conoce como “duelo genético” y es necesario afrontarlo para tomar la decisión. Tendrá que pasarlo el miembro de la pareja que tenga que decir adiós a su carga genética (o en ambos si es con donación de embriones). Podéis hablar de todas vuestras dudas con vuestro médico, y compartir en pareja los miedos que tengáis.
Decir adiós a la carga genética
Hay que decir que cuando se utiliza un donante se busca uno que tenga parecidas características físicas para que se parezca lo máximo posible. Aunque ya sabemos que la genética es caprichosa, y muchos hijos no se parecen en nada a sus padres, sino a tíos-abuelos, bisabuelos o primos lejanos. Al final tener un hijo es algo más que compartir genes. Es lógico y natural tener dudas al comienzo y también como explicarle al niño llegado el momento, por eso es importante trabajar en este asunto bien antes de tomar la decisión.
Los genes van a influir en él bebé, pero lo que más le va a influenciar es la educación y amor que reciba. De ellos dependerán su carácter, vuestros vínculos,… mucho más importantes que el color de sus ojos o de su pelo.
Cuando es la única opción de ser padres en ocasiones se puede tomar la decisión rápido sin pasar por el duelo genético, lo que provoca que aparezca más tarde. Son emociones naturales del proceso y que son necesarias que se trabajen. No es una decisión fácil, es importante analizar por qué queremos ser padres y madres. Nos puede ayudar a tomar la decisión final, ya que ser padres es algo más que compartir nuestro ADN.
Porque recuerda…una vez que veáis la cara de vuestro hijo las dudas suelen desaparecer, ya que los vínculos no se forman por genes sino por amor.