¡El bebé tiene miedo a los extraños! ¿Qué le ocurre?

Muchas madres se sorprenden cuando en torno a los 8 meses, el bebé parece tener miedo a los extraños: ¿cómo una niña o un niño que sonreía a todo el mundo ha sido capaz de cambiar tanto de carácter? No ocurre con la misma intensidad para todos, y en realidad puede aparecer antes de esa edad, o después (incluso hacia los 14 / 15 meses): sucede que ya es capaz de percibirse distinto a la madre, y se reconoce como una persona entre otras, de ahí la indefensión (pasajera) que sienten.

Así que es natural que estén más cómodos entre conocidos, entre quienes le cuidan a diario. Si no se conoce la “crisis de los 8 meses”, o no se entiende que el bebé tiene necesidades propias, se hacen afirmaciones del tipo: “ay este bebé, que está enmarado”, o “no dejes que esté siempre contigo porque tiene que acostumbrarse a socializar”. Si haces caso a determinados comentarios, forzarás a tu hijo a estar en brazos de quien no desea estar, y de verdad que no es necesario esto, sino más comprensión por parte de los adultos. Otro tema que pueda estar relacionado es que hablemos de una criatura que acude a una guardería mientras sus papás trabajan, lo mencionamos más abajo.

Esta “crisis” coincide también con más deseo de conocer el entorno y el mundo, deseo que de momento no puede satisfacer muy bien por su cuenta porque tiene sus movimientos limitados, hasta que empiece a gatear y andar. Que haya finalizado el período de simbiosis con la madre, no significa que no la necesite, de otra forma; y es importante saber que el crecimiento nunca es lineal, y los retrocesos son naturales. Así que… permitamos un desarrollo más armonioso de nuestros hijos.

Crisis de los 8 meses: es sólo una transición.

Además, nosotros le hemos puesto nombre, pero esta desconfianza repentina de los extraños aparece en todas las culturas, ya que forma parte de la construcción psíquica de las personas. El bebé ya no es tan simpático o agradable, se asusta con mayor frecuencia, busca a su madre… pero también puede enfadarse mucho y gritar, o utilizar otras formas de mostrar su desacuerdo con ese “intruso” que se dirige a él (cuando son un poco más mayores, pueden tirarse al suelo evitando ser cogidos en brazos).

No pasa absolutamente nada: es una transición, como lo es la adolescencia a la edad adulta; no tienen características similares pero en el crecimiento humano esas transiciones son saludables para alcanzar etapas posteriores con mayor estabilidad. La crisis de los extraños fue descrita en los años 50 del pasado siglo por René Spitz. Puedes servir de apoyo a tu bebé, aliviar sus temores, y para ello te hemos preparado unos consejos, pero incluso si no hicieras nada más que seguir tu instinto (seguir cogiéndolo a brazos, respetar sus deseos, …) estarías haciéndolo bien.

Ayudando al bebé.

Es frecuente que, coincidiendo con esta etapa, los hábitos de sueño y alimentación se vean alterados, debido a la inquietud de los bebés. ¿Te debes preocupar? En principio no, lo que deberías tener claro es que aunque no conviene evitar los temores (ni otras frustraciones a lo largo del crecimiento) tampoco es bueno negarlos y forzar la adaptación, porque de todas formas, los va a superar con el tiempo.

Toma nota.

Te presentamos a continuación dos pequeños listados que seguro serán de tu interés:

Cosas que puedes hacer.

  • Utiliza juegos como el de “Cu-cu tras”, que representan que las personas o cosas pueden desaparecer momentáneamente, pero vuelven a estar.
  • Limita el tiempo de separación todo lo que puedas.
  • Explica a los tíos, a los abuelos, a los amigos, lo que le sucede al bebé.
  • Utiliza elementos de transición cuando lo dejes en la guardería (una mantita, un peluche).

Y sobre todo mantén la serenidad en todo momento.

Comportamientos a evitar.

  • No lo desatiendas si llora. Tampoco lo dejes a solas o a oscuras, “para que venza temores”.
  • No obligues estar a brazos de nadie, si el no quiere.
  • Evita desaparecer sin decirle nada, a veces creemos que los bebés no nos entienden, pero lo puedes explicar.

¿Y qué hay de los bebés que van a la guardería o escuela infantil.

En primer lugar, hay que tener claro que la vivencia individual es diferente, y condicionada tanto por las experiencias, como por la manera en que se tratan estas; en segundo lugar está claro que no siempre es posible que el bebé permanezca con mamá o papa, o con los abuelos (durante la jornada laboral de los padres). ¿Qué opciones quedan? Además de la escolarización temprana, cabe la posibilidad de buscar cuidadora o recurrir a los servicios de una Madre de Día, opciones más caras que la escuela infantil, pero cada madre o padre sabe cuál es su presupuesto para atender al bebé.


De todas formas, si no es necesario, conviene dejar pasar unas semanas desde el inicio de esta nueva situación, si es que has decidido llevarlo a una guardería. Pero si coincide tu incorporación laboral (o que la abuela se ha puesto enferma, u otros motivos), y no te queda más remedio, lo último que debes hacer es sentirte mal, sentirte culpable, angustiarte, y trasladar estas emociones al bebé. También es cierto que los bebés que son dejados al cuidado de otras personas durante varias horas desde que son mucho más pequeños, no suelen sufrir esta crisis, porque ellos si que están adaptados, aunque sea de forma un tanto forzosa.

En cualquier caso, siempre es recomendable respetar los ritmos de las criaturas, o al menos entender que es mucho más saludable que nos adaptemos nosotras y nosotros que ellos (adaptarse a una reducción de sueldo por reducción de jornada, pedir cambio de turno para que siempre esté uno de los progenitores con el bebé, etc.)


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