El calor excesivo puede ser peligroso para los niños

Niña paseando al sol

Leo en la página de la Agencia Estatal de Meteorología, que para mañana martes se esperan descensos de temperatura en algunas zonas, mientras que en otras será más elevada. El verano ha llegado, y no puedo decir que por sorpresa, puesto que sé que ha sucedido el cambio de estación; y lo ha hecho con una “pesada” sensación de calor, dado que sin finalizar junio ya alcanzamos los 30º algunos días.

Existe una razón de peso para que tengamos cuidado con nuestros hijos e hijas cuando el termómetro alcanza niveles preocupantes. Esto es especialmente relevante tratándose de bebés y niños muy pequeños, y es por dos razones: por una parte los más pequeños de la casa acumulan el calor con más rapidez, por la menor relación superficie corporal / volumen de fluídos.

¿Sabré cuándo mi hijo tiene calor?

Bebé sentado sobre la hierba

Y por otra, es posible que no expresen su propia sensación de calor, o al menos no lo hagan cómo esperamos los adultos, de hecho puede que sólo se muestren irritables. Un peque se deshidrata con rapidez si no se vigila la ingesta de líquidos, porque al transpirar pierden parte del volumen de fluidos corporales. Así que esta sería la primera recomendación: procurar una buena hidratación mediante ingesta de líquidos (agua principalmente), y en especial si van a practicar algún tipo de actividad física (aunque sea correr por la playa o montar en bicicleta).

Su sistema de regulación de temperatura no está maduro como el tuyo, pero aún así puedes fijarte en la nuca y las mejillas: si la primera suda y las segundas se enrojecen, puedes traducirlo en su incomodidad porque está pasando calor.

Consejos para sobrellevar el calor excesivo.

Niña montando en bicicleta ayudada por sus padres

Beber antes, durante y después del ejercicio, ayuda a mantener el volumen de líquido corporal, evitando riesgos innecesarios e inherentes a las altas temperaturas. Aunque también deberíamos ser conscientes de mantenerlos en lugares frescos y ventilados durante las horas centrales del día; y si (excepcionalmente) pasamos el día afuera de casa en un lugar sin sombreado natural (como arboledas o calles estrechas), no confiar en las sombrillas y cubrir a los peques con sombreros de ala ancha, a la vez que les vamos proporcionando líquido.

Y ya que hablamos de cubrir las cabecitas, también hay que mencionar que la mejor ropa para combatir el calor, es la de tejidos naturales (algodón, lino), holgada y de colores claros. Si el niño suda en exceso, puedes secarle con una toalla y cambiarle de ropa, también puedes refrescar con agua, siempre que previamente dejes que se enfríe la piel.

¿Y dentro de casa?

Dentro de casa, además de usar sistemas de ventilación (recomendamos releer este post antiguo), es conveniente ventilar con ventanas abiertas y persianas subidas a primera hora de la mañana, para después cerrar y cubrir las diferentes estancias, según su orientación.

Golpe de calor: evitarlo por la seguridad de los niños

Niña al sol

Algunos de los riesgos asociados al calor excesivo son la deshidratación, el agotamiento, la hinchazón en extremidades, los calambres, … Y desde luego el más grave (pues es causante en ocasiones de fallecimiento) es el temido “golpe de calor” (que también conocemos como insolación).


Ocurre porque la temperatura corporal se eleva peligrosamente; la manifestación física son vómitos, taquicardia, mareos, vómitos y dolor de cabeza. Especial cuidado merecen los menores de cuatro años, ya que poseen menos reservas de agua.

Todos los años ocurren golpes de calor por haber dejado a niños solos dentro de un coche cerrado, y debemos esforzarnos por evitar estos hechos.

El golpe de calor como consecuencia de dejar a los peques solos en el coche se puede evitar teniendo mucho cuidado y recordando tres sencillos tips:

  • Evitar daños anticipándose: no hay que dejarles solos en el coche ni un minuto.
  • Generación de hábitos para evitar despistes: mamás y papás que van deprisa de un lado a otro siempre ocupados pueden adoptar la costumbre de colocar sus objetos personales (y necesarios) en los asientos traseros del coche. De esta forma siempre son consciente de llevar a su pequeño en el coche.
  • Si eres transeúnte y ves que un niño pequeño ha quedado solo dentro de un coche, y especialmente si el vehículo está aparcado a la intemperie en un día de sol, no dudes en llamar al teléfono de emergencias (112); incluso si observas que respira con dificultad, suda mucho, llora o está visiblemente incómodo, comunica en la llamada que vas a intentar sacarle rompiendo el cristal del coche.

Esperamos que estos consejos te sirvan, y que vuestro verano, pese al calor, sea seguro y saludable.


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