Las fechas próximas a Navidad son fechas entrañables dónde existe la alegría, son momentos en los que tienen que ser vividos con intensidad, con ternura y hace que demostremos nuestro afecto a las personas más allegadas y familiares directos. Vivimos en un tiempo que quizás el síndrome de la silla vacía en Navidad se manifieste también por el tema del Covid-19, ya que se está planteando por parte del Gobierno llegar a concluir algunas restricciones para estas fechas.
Son muchas las personas que aprecian los valores que representan estas fechas y seguramente no podamos disfrutar de nuestros seres queridos quizás por fallecimiento o por las imposiciones del Gobierno para poder acotar los contagios. Sea como sea, más de un hogar tiene previsto sufrir el síndrome de la silla vacía.
¿Qué es el síndrome de la silla vacía?
Es mas significativo notar el síndrome de la silla vacía en estos momentos de gran alegría, como puede ser las reuniones en cenas o comidas en estas fechas tan señaladas. La ausencia de esa persona desencadena un duelo psicológico y gran soledad. Cómo hemos especificado no sólo ocurre cuando se ha sufrido una muerte, sino también por la ausencia de alguien ya sea por el motivo que sea.
¿Ocurre siempre en Navidad?
Generalmente este término suele asociarse inevitablemente a la frase Síndrome de la silla vacía en Navidad. Se asocia a un dolor por la ausencia de esa persona en estas fechas y lo sufren alrededor de un 5% de la población de manera aguda por la pérdida de un ser querido. Aunque no siempre es el caso, puede ser simplemente ausencia de alguien que todavía sigue vivo.
En estas fechas tan importantes es posible sentir esa ausencia de forma dolorosa sobre todo cuando hay algún familiar por el que se siente apego y una fuerte relación. Uno de los días más importantes los podemos ver en el día de Nochevieja. La entrada de un año nuevo hace visionar esa apreciación de querer compartir ese momento con las personas cercanas.
La Navidad se asocia generalmente a felicidad, cariño y armonía, algo que llevamos viendo desde nuestra infancia. Pero no todo el mundo ve esas fechas como algo entrañable, el 33% de los españoles no les gusta la Navidad, de ahí el 27% asegura que les agrada poco y el otro 6% odia la Navidad en todos sus aspectos.
¿A qué puede desencadenar el síndrome de la silla vacía?
En estas fechas cobra mayor protagonismo e intensidad sentir la ausencia de una persona. Los niños también pueden sentir esa carencia al ver que algunos primos o familiares cercanos no se encuentran para sentir más a fondo la Navidad, y compartir todo los que deriva de ella.
Igualmente ocurre con el resto de la familia cuando no hemos podido compartir estos días con nuestros seres queridos. Para estos casos hay que visionar que, si no ha podido ser este año, en otra ocasión será y para ello hay que afrontar con felicidad la Navidad y disfrutar de sus detalles.
La peor ocasión se encuentra cuando esa ausencia se traduce en la pérdida de un ser querido o de ambos por una muerte, ya que en estas fechas se vuelve mucho más marcado. Esto se transforma en una gran tristeza y angustia, que puede derivar a ansiedad y mucho más adelante en depresión.
Para afrontar este duelo es recomendable afrontar de forma positiva esta ausencia. Es difícil construir esa pauta, pero vamos a tener que estar encaminados a la resiliencia, a esa capacidad de afrontar la falta de ese ser querido. Es importante no estar aislando continuamente el problema ni que haya espacios todo el rato recordando esa ausencia. Estas fechas nos ayudarán a creer en los fuertes valores que sentimos, el amor hacia alguien y el saber llevar dentro de nosotros una soledad que hay que canalizar.