El Síndrome Williams

Son muchos los síndromes que existen en la actualidad y ninguno de ellos son menos importantes. Del que ahora os mencionaremos quizás no sea uno de los más habituales pero sí que tiene su vital importancia, como hemos dicho. Hoy os hablaremos sobre el Síndrome de Williams uno de los trastornos del desarrollo que ocurre en uno de cada 7.500 niños. Es poco frecuente y parece que no se hereda.

Este síndrome suele conocerse también como el Síndrome de los niños duendes, caracterizado por tener alteraciones en el desarrollo neurológico y tener unos rasgos faciales típicos o concretos, que se parecen a los de un duende. Aunque además de los rasgos del rostro son muchos otros los que debemos mencionar. ¡No pierdas detalle!

Cómo es un niño con Síndrome de Williams

Estos niños son a menudo pequeños para la edad gestacional y es frecuente el retraso del crecimiento asociado a dificultades en la alimentación, dificultad para succionar y deglutir. Durante los primeros años de vida se produce estrabismo, otitis media crónica, hernia inguinal y algunos problemas cardiovasculares. Hay que decir que en ocasiones, este último es lo más grave que pueden sufrir, ya que algunos de ellos requieren de operaciones una vez que cumplen los 5 años. Ya que las arterias pulmonares son mucho más estrechas de lo habitual y de ahí que se tenga que recurrir a la cirugía, puesto que son ellas las que llevan la sangre hacia los pulmones.

Los niños con síndrome de Williams en general suelen comenzar a caminar más tarde de lo normal, debido a problemas de coordinación, equilibrio o fuerza que afectan al sistema muscular y esquelético, al aparato digestivo, al sistema urinario, a los ojos y a la motricidad fina. Se caracterizan fácilmente porque tienen una frente estrecha, un aumento del tejido alrededor de los ojos, la nariz corta, las mejillas pronunciadas y caídas, la mandíbula pequeña, los labios gruesos y maloclusión dental.

Cuándo empieza a hablar un niño con el Síndrome de Williams

También empiezan a hablar más tarde, en torno a los dieciocho meses o incluso puede llegar a los tres años de edad, hablando con oraciones completas. Aunque lo más habitual es que también pronuncien palabras sueltas. Ya sabemos que cada niño es un mundo y que no se puede generalizar. En ocasiones nos encontramos con algunos que siguen un mismo patrón pero también es algo que se lleve a rajatabla. De manera que debemos darles tiempo porque algunos de ellos sí pueden tener un problema de aprendizaje medio o quizás leve.

Hay que decir también que, aunque no pronuncien palabras, sí que serán muy expresivos con sus rostros en forma de gestos. Porque los usan para poder comunicarse, así como el contacto visual. Te quedarás sorprendido de lo buenos que son para aprender canciones. Ya que la memoria auditiva sí que estará bien desarrollada.

Qué es lo que provoca este síndrome

Volvemos a insistir en que se trata de un trastorno muy poco frecuente. Se presenta cuando no se tiene una de las denominadas copias de los genes entre el 25 y el 27, en el número 7. Simplemente sucede por alguna alteración, tanto en el óvulo como quizás en el espermatozoide, pero no tiene una causa concreta. Claro que cuando alguien manifiesta alguna alteración de tipo genético es más frecuente que suceda. La importancia de ese gen que falta en el desarrollo es el que se encarga de añadir elasticidad a los tejidos y también a los vasos sanguíneos. De ahí que antes mencionamos que las arterias eran más estrechas y provocaban dificultades.

Cuáles son sus rasgos de personalidad

Hay que decir que tienen una naturaleza extrovertida, porque son muy sociables y les encanta estar con la gente. Porque se suelen comunicar muy bien y no solo con palabras como hemos visto, sino que también lo harán con gestos. Son muy amables, aunque un poco dramáticos en  ocasiones porque no controlan sus sentimientos y puede llevarles al límite, pero siempre dispuestos a hacer muchos amigos, aunque a veces no es una tarea tan sencilla como les gustaría. Por otro lado, son muy sensibles a los ruidos y esto les puede generar ansiedad. A pesar de todo ello siempre tendrán una amplia sonrisa en sus rostros. Son también empáticos, sobre todo cuando las personas que están a su alrededor no lo están pasando bien. Es cierto que también se pueden distraer mucho más y para ello, necesitan tener más motivación a su alrededor, más descansos o flexibilidad en sus tareas diarias.

Sus habilidades o puntos fuertes

Estos niños tienen una serie de habilidades como la musical, mucho más común en los niños con este síndrome.  La sensibilidad por la música es muy común en ellos y puede ser usado para ser incorporados en programas no tan fuertes en ellos como en matemáticas y lenguaje. La memoria auditiva de corto y largo alcance es otro punto fuerte, son capaces de  memorizar canciones y cuentos mucho antes de estar preparados para leer cualquier texto. La memoria a largo plazo es característico en ellos, una vez captada una información, son capaces de retenerla con mucha precisión.

También su vocabulario es algo a destacar, porque al retener más palabras, pueden usarlas en diferentes contextos, lo que les lleva a acaparar más vocablos en menos tiempo. Les encanta trabajar con imágenes o fotos de libros, cuadros y similares. Así que, es una gran idea para poder introducirla en sus clases habituales. Otra de las habilidades, que ya hemos señalado por encima, es que tienen el poder para entablar una conversación. Pueden sacar tema y tener una buena acogida social. Por eso es importante que esto también se pueda llevar a cabo en su clase. ¡Ahora ya sabes mucho más sobre el Síndrome de Williams!