Existen muchos tipos de juegos y actividades para estimular el desarrollo de los niños más pequeños. Cuando comienzan la guardería o la escuela infantil, los niños realizan distintos trabajos que les ayudan en su aprendizaje. Uno de estas actividades se trata del Juego Heurístico, creado por la reputada pedagoga Elinor Goldschmied para llevar a cabo en pequeños de entre los 12 y los 24 meses.
Esta actividad se realiza en centros de educación infantil, en grupos reducidos en los que participan entre 8 y 10 niños. Lo que se pretende lograr mediante esta actividad, es que el niño aprenda individualmente, descubriendo, investigando y poniendo en práctica distintas habilidades. Además, permite al educador tener una visión más particular de cada niño, ya que el adulto no participa de forma activa en el juego.
Qué es el Juego Heurístico
El juego heurístico consiste en una actividad con distintos objetos y juguetes que no estén calificados como didácticos. Estos elementos pueden ser de cualquier tipo, incluso objetos que se tienen normalmente en casa y que permiten al pequeño poner en práctica distintas habilidades. El juego permite a los niños manipular objetos con distintas texturas, apilarlos entre sí, abrir y cerrar, colocar juguetes dentro de otros objetos etc.
Durante un tiempo determinado, los niños pueden jugar libremente con todos los objetos expuestos. Cada uno descubrirá y utilizará los materiales como quiera, sin que el educador participe pero siempre se mantendrá cerca de los niños. Una vez pasado el tiempo comienza la segunda parte del juego, que consiste en clasificar todos los materiales utilizados. En esta fase del juego participa el adulto, como apoyo para que los pequeños puedan clasificar y organizar los juguetes.
El entorno perfecto y los materiales adecuados
Los niños se distraen con mucha facilidad, por lo que es necesario que la sala donde se realice el juego heurístico esté libre de distracciones. Los juguetes habituales deben estar recogidos y alejados de la vista de los pequeños. También es importante elegir una hora donde los niños estén activos, para que puedan participar activamente. Y por último y muy importante, durante el tiempo que dure el juego nada puede distraer la atención de los pequeños, por lo que nadie deberá entrar o salir del aula o llamar a la puerta etc.
Los materiales necesarios pueden ser objetos sencillos que se pueden encontrar en casa, incluso en una zona natural como un parque o bosque. Es importante que los niños tengan mucha variedad y suficientes materiales para todos, por lo que será necesario acumular una cantidad importante de objetos. Se recomienda que haya al menos 15 tipos diferentes de objetos y que cada niño tenga entre 20 y 50 piezas.
Puedes usar cientos de sencillos materiales, algunos ejemplos:
- Pinzas de tender la ropa de materiales naturales como la madera
- Piedras de un tamaño medio para que no exista el riesgo de atragantamiento
- Conchas marinas
- Nueces
- Tapones de corcho
- Pelotas pequeñas de tenis o de ping pong
- Rulos de peluquería
- Recipientes vacíos de diferentes tamaños
Cuál es el objetivo del juego y qué se consigue en el niño
El juego heurístico está basado en el aprendizaje activo, de forma que el niño tenga la posibilidad de desarrollar distintas habilidades de forma auto-didacta. Esta actividad resulta muy ventajosa en muchos aspectos, entre ellos:
- Los niños trabajan sus habilidades físicas, emocionales y sociales
- Descubren el trabajo en un ambiente calmado y en silencio, preparado para motivar la creatividad y desarrollar la imaginación
- Aprenden distintos conceptos como el peso, el color, el volumen o la cantidad
- Mejora su concentración y su capacidad y su habilidad manual
- Se fomenta el juego autónomo y la libre acción
- Evolución personal, cada niño maneja y utiliza los objetos de distinta manera, de la forma que cada uno los percibe. Al no existir una meta específica, no existe la posibilidad de que el niño no logre llegar a ella, nunca habrá fracaso ni ningún niño será el ganador o el perdedor.
Además, este tipo de actividad permite al educador tener una visión individual de cada niño. Conocer de forma más específica la personalidad de cada uno, permitirá al educador ofrecer actividades adecuadas a cada niño. De esta forma podrá dirigir las futuras actividades en base a los intereses de cada uno.