En qué momento y cómo evaluar la audición en los niños

audición bebé
Desde que nacen, la mayoría de los niños oyen y escuchan sonidos. De hecho ya perciben estos sonidos antes de nacer. El oído del bebé está completamente maduro a las 25 semanas de gestación. No obstante esto no le ocurre a todos los bebés, hay niños y niñas que nacen con una pérdida de audición en uno o en ambos oídos. Por eso, es importante detectar la sordera lo antes posible.

Desde el año 2007 la Organización Mundial de la Salud ha impulsado el Día Internacional de la Audición, que se conmemora cada 3 de marzo, para impulsar la detección temprana de cualquier tipo de problema o deterioro auditivo que se pueda presentar en las personas y niños de todo el mundo.

Momentos para detectar posibles problemas de audición del bebé

audición bebé

Aunque el bebé tiene maduro el oído desde el momento de nacer, puede tardar un tiempo en estar al 100%. Puede que quede algo de líquido amniótico dentro, y tarda varios días en absorberse. En el primer mes se suele hacer una prueba de audición a los bebés. El niño mueve sus ojos hacia tu voz, distinguirá y conocerá la voz humana de cualquier otro sonido.

Antes de las 4 semanas el bebé ya utiliza su llanto para comunicarse contigo, y puede hacerlo porque se oye y reconoce a sí mismo y tu respuesta ante su lloro. Sobre las 6 semanas comienza a coordinar la vista y la audición. Si ves que esta relación no se va dando te recomendamos que el pediatra haga una revisión más a fondo de la audición del niño.

Los bebés comienzan a aprender a hablar y a adquirir el lenguaje en los primeros 6 meses de vida. Son capaces de detectar muchos más sonidos que los adultos,. Antes de emitir una sola palabra ya habrá balbuceado fonemas, y gorgogeos. En el primer año se centrará en los fonemas de su lengua materna, que será la que más escucha.

¿Cuándo hacer una prueba de audición a mi hijo?

infección de oído

La primera prueba de audición se la harán al bebé de recién nacido, antes de salir del hospital. Si no es así, deberás hacérsela antes del primer mes. Los problemas de la audición son tratables si se detectan a tiempo, lo ideal es antes de que un bebé cumpla tres meses. Y no los dejes a medida que el niño crezca, las pérdidas de audición se pueden dar en cualquier momento. 

Se pueden usar varios métodos para evaluar la audición de un niño, en función de su edad, desarrollo y estado de salud. Hay dos pruebas diferentes para evaluar la audición de los bebés, en ambas debe estar en reposo o dormido. Con la prueba de emisiones otoacústicas se evalúa si ciertas partes del oído responden al sonido. La otra prueba, de respuesta auditiva evalúa la respuesta al sonido del nervio auditivo y del tronco encefálico, que transportan el sonido del oído al cerebro.

La audición es un aspecto fundamental del desarrollo social, emocional y cognitivo del niño. Incluso una pérdida leve o parcial puede llegar a afectar su capacidad de hablar y entender el lenguaje. Si las intervenciones son tempranas, los niños con pérdida de audición desarrollan habilidades de lenguaje que les ayuden a comunicarse libremente y aprender de forma activa.

Causas de la pérdida de audición de un bebé

audición bebé

Algunas de las causas más comunes por las que un bebé ha perdido, en parte o o totalmente la capacidad auditiva son: nació prematuro o con problemas en el parto, permaneció en la unidad de cuidados intensivos neonatales, tuvo una alta concentración de bilirrubina y necesitó transfusión, recibió medicamentos que pueden causar la pérdida de audición, tiene antecedentes familiares. Ha tenido frecuentes infecciones en los oídos, o meningitis o citomegalovirus.


La pérdida de audición conductiva está causada por una interferencia en la transmisión del sonido al oído interno. Hay veces que los lactantes y los niños pequeños desarrollan pérdida de audición conductiva por infecciones en los oídos. Ésta suele ser leve, transitoria y tratable con medicamentos o cirugía.

La pérdida de audición neurosensorial, puede ser leve, moderada, grave o profundo. A veces es progresiva y en ocasiones es unilateral. Se relaciona con la malformación, la disfunción o el daño en el oído interno, y, en contadas ocasiones, con problemas en la corteza auditiva del cerebro.


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