Desgraciadamente en la actualidad, existen muchos casos de bulliyng en las escuelas donde los niños se convierten unos en agresores, otros en víctimas y otros… en testigos. Tanto los agresores como las víctimas tienen culpa de que ocurra acoso escolar. Los primeros por crearlo y los segundos, por permitirlo.
La presión de grupo es algo poderoso. Pero también lo es defender a otros niños. Existen investigaciones que muestran que cuando una persona se pronuncia contra el acoso, estas agresiones se detienen.
Pero cuando un niño excluye a otro niño, entonces el problema se agrava. Es necesario que enseñes a tu hijo a que cuando ocurra agresión en su escuela, no se quede de brazos cruzados. Esto no significa que deba meterse en mitad de una pelea o de que se convierta también en un objetivo para el bullying o acoso escolar… sino que hay diferentes maneras de abordar las situaciones y convertirse en defensor.
Se puede hacer esto de varias maneras. Antes que nada, puede decirles a los demás que excluir a alguien no es correcto, no es necesario hacerlo directamente al agresor, si no decirlo a los demás testigos para que se den cuenta que ellos también pueden cambiar las cosas, independientemente de lo que diga o haga el agresor. O bien, puede tomar medidas para hacerse amigo del alumno excluido invitándole a hacer algo juntos después de la escuela. También puede ofrecer sentarse con esa persona en el almuerzo, caminar con él/ella en los pasillos y hablar con él/ella entre clases.
Se puede hacer mucho para ser defensor de una persona que sufre bullying o acoso escolar. Si todos los que son testigos pusieran de su parte para parar el acoso, no existiría tal cosa en las aulas y tampoco habrían víctimas. Es cosa de todos acabar con el acoso escolar.