Los niños molestan a los padres por dos razones principales: quieren salirse con la suya y/o no quieren sentirse mal. Entonces, en un esfuerzo por evitar sentirse triste o decepcionado, un niño puede molestarte para que hagas lo que él quiere que hagas. Es importante que enseñes a tus hijos a lidiar con emociones incómodas como la ansiedad, la tristeza o la ira. La regulación de las emociones es una habilidad importante que servirá a tu hijo en la vida.
Enseña proactivamente a tu hijo habilidades de afrontamiento saludables que le ayudarán a manejar sus sentimientos de una manera socialmente aceptable. Por ejemplo, enséñale a colorear imágenes cuando se sienta triste o enséñale a escribir en un diario cuando esté enfadado. Una vez que sea más capaz de controlar sus sentimientos, estará menos desesperado por tratar de controlar el comportamiento de otras personas.
Prevenir el lloriqueo por el no control de los sentimientos
Si tu hijo cuando se siente mal tiene el hábito de lloriquear o molestar a los demás, es necesario que des un paso atrás y observes tus prácticas generales de crianza. Toma medidas para fomentar la gratitud y enseña a tu hijo a estar agradecido por lo que tiene. Entonces, será menos probable que insista en que siempre necesita más.
Además, debes convertir en un hábito el hablar sobre vuestras necesidades y deseos, así potenciarás la comunicación y tus hijos sentirán más confianza en ti. Cuando les ocurra algo tus hijos se sentirán capaces de decirte lo que les pasa. También deberás valorar cuáles son tus necesidades… es importante empezar a comprender qué son las necesidades y cuáles las preferencias. Los niños si ven en ti que te enfadas si no comes chocolate, ellos pueden enfadarse si no pueden tomar helados de postre.