Tu hijo no ganará en todo. Por lo tanto, necesita aprender el arte de ser un buen perdedor. Desde una edad temprana, se les debe enseñar a felicitar al ganador y a estrechar la mano de su oponente. Habla con tu hijo sobre ganar y perder.
Es importante que entienda que está bien perder y que eso le puede ayudar a ser mejor la próxima vez. Es una oportunidad para aprender y ser mejor en el futuro. Deberían felicitar al ganador porque algún día ellos podrían ser los ganadores y sería agradable que otros les feliciten.
El mundo será un lugar mejor cuando todos aprendamos a alegrarnos por los éxitos de los demás, sobre todo si esas personas son amigos y familiares. Al jugar con juegos de mesa me puedes enseñar por ejemplo. Felicita a los ganadores con tu corazón para que te sientan bien con los logros. En cambio, si alguien pierde le puedes decir que quizá tenga más suerte la próxima vez y le sonríes.
Es una forma de enseñar a tu hijo que estas son las formas en que mostramos amabilidad hacia los demás, especialmente cuando perdermos. Es una lección difícil de comprender para los niños más pequeños, pero tienes que ser consistente con tu comportamiento y tu insistencia en que actúen de la misma manera cuando no ganen. Finalmente, con el tiempo esto dará frutos y tendrás a un niño que realmente ha aprendido a ser feliz por los demás porque saben lo que es ser un ganador y un perdedor, y no pueden ganar en todo momento.
También puedes aprovechar la oportunidad para hablar sobre lo que hicieron bien en el juego o lo que hicieron mal y que por eso perdieron. Señala lo bueno y luego pregúntales qué creen que podrían mejorar la próxima vez. Permite que piensen ellos mismos en lugar de decirle la respuesta porque así interiorizarán más lo que deben hacer.
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