Enseña a tus hijos el arte de escuchar

el arte de escuchar

Piensa en comunicarte con tu pareja cuando él o ella realmente necesita que escuches atenta y cuidadosamente. Cuando tu hijo esté tratando de decirte algo, asegúrate de que puedas darle toda tu atención.

Si no es un buen momento, dile (cortésmente) que otro momento será mejor para hablar. Puedes ser especifico: en 10 minutos, después de la cena, mañana por la mañana. Solo asegúrate de hablar sobre eso cuando dijiste que lo harías, incluso si él o ella se olvida (o es reacio) de mencionarlo nuevamente.

Pensar dos veces

No pospongas una conversación por un período de tiempo indefinido. Lo más probable es que nunca lo consigas, y el problema solo se agravará. ¡Planea un tiempo específico y cúmplelo! Cuando escuches a tu hijo, hazte siempre las siguientes tres preguntas:

  • ¿Le estás dando toda tu atención?
  • ¿Entiendes lo que te dice?
  • ¿Sabes lo que quiere de ti?

Para ser un buen oyente, debes responder «sí» a todas estas preguntas. Si estás distraído, sugiere un mejor momento para hablar. Si no entiendes lo que dice tu hijo, dile que te explique nuevamente. También es importante saber exactamente qué quiere tu hijo de ti en ese momento.

Si tu hijo te dice que ha invitado a sus amigos a casa el viernes por la tarde, debes aclarar varias cosas: si apruebas o no esto, si necesita ayuda, si sabe qué harán en esa reunión etc. Lo que importa es que tu hijo sepa que le estás escuchando y que quieres entender cada palabra que te dice.

Recuerda que si quieres que tus hijos sean buenos oyentes, deben aprender de ti a serlo. Esto significa que tienes que ser un buen ejemplo. ¿Cómo te sentirías si cuando hablas a tus hijos no apartan la mirada de la tele, del ordenador o del móvil? Es muy probable que los sentimientos sean negativos, ¡pues no hagas que ellos se sientan así!


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