¿Es malo jugar con barro?

A la mayoría de los niños les encanta jugar y rebozarse en el barro. Sin embargo, para los adultos no resulta tan divertido que se llenen de suciedad hasta las cejas y tener que poner lavadoras extras. Además, solemos relacionar el barro con algo sucio y cargado de microorganismos patógenos que pueden enfermar a nuestros hijos. Pero, ¿realmente es malo jugar con barro ?

Jugar con barro no solo no es malo, sino que aporta múltiples beneficios tanto a nivel físico como emocional. El barro es un material idóneo para que los niños jueguen, aprendan, desarrollen la imaginación y estimulen los sentidos.

Ayuda a conectar con la naturaleza

Nos ha tocado vivir una época en la que el contacto con la naturaleza suele ser escaso. Los niños pasan muchas horas en el colegio, donde el juego al aire libre se limita a media hora diaria (y eso con suerte de que no llueva). Además, los patios de las escuelas suelen ser de cemento, sin apenas árboles y plantas. Por otro lado, la falta de tiempo de los padres, hace que recurramos más de lo necesario a la televisión o juegos de pantalla. Jugar con barro, es una manera sencilla de conectarnos con la naturaleza. No requiere de grandes desplazamientos ya que podemos encontrarlo en cualquier parque, maceta o incluso fabricar en casa nuestro propio rincón del barro con un poco de tierra y agua.

Hace a los niños más felices

No hay más que observar a un niño rebozándose en el barro para saber que está muy cerca de la felicidad absoluta. Pero, ¿por qué precisamente el jugar con barro y no algo más «higiénico»?. La respuesta parece estar en Mycobacterium vaccae, una bacteria presente en el barro. En estudios con ratones se ha visto que aquellos expuestos al microorganismo presentaban niveles más altos de serotonina, la «hormona de la felicidad», responsable del estado de ánimo y de reducir los niveles de ansiedad, provocando sensación de placer y bienestar.

Mejora las habilidades cognitivas y el aprendizaje

La serotonina no solo mejora el estado de ánimo sino que también facilita la concentración y el aprendizaje. En ensayos con ratones alimentados con Mycobacterium vaccae, se vió que estos eran capaces de atravesar laberintos a más velocidad que los ratones que no habían ingerido la bacteria. Además estos efectos perduraban durante varias semanas.

Estos estudios sugieren que hay una relación entre la exposición a los microorganismos y la función cerebral. Por lo tanto, pasar tiempo en la naturaleza y manipular la tierra en la que se encuentra Mycobacterium vaccae, es beneficioso para la salud emocional y el aprendizaje.

Mejora el sistema inmune y la salud

Una de la cosas que más nos preocupan cuando nuestros hijos se ensucian es que contraigan alguna enfermedad. Esta claro que las mejoras en la higiene han reducido el número de enfermedades infecciosas y la mortalidad, pero tampoco es necesario vivir en un ambiente estéril. De hecho, ensuciarse resulta beneficioso para el sistema inmune. Cuando los niños gatean, se llevan las manos a la boca o juegan con tierra, su cuerpo se coloniza por microorganismos amigos que le protegen y ayudan a su sistema inmune a luchar contra los agentes patógenos. El exceso de limpieza  disminuye la diversidad microbiana en nuestro cuerpo e impide que el sistema inmune se » entrene». Esto podría estar relacionado con el aumento, en las últimas décadas, de enfermedades como alergias, asma, dermatitis e incluso diabetes.

En un estudio publicado en la revista Science, se vió como los niños que crecían es granjas, en contacto con animales y la tierra, tenían entre un 30 y un 50% menos probabilidades de tener enfermedades respiratorias como el asma o la rinitis alérgica. Los científicos establecieron una correlación entre la diversidad de microorganismos presentes en la tierra, los animales y el polvo doméstico de las granjas, con la disminución de los niveles de asma y la rinitis.

Estimula la imaginación y la creatividad

El barro es una masa amorfa que permite el juego libre. Con él se pueden hacer infinidad de cosas: moldear, amasar, hacer figuras, pintarlo, jugar a cocinar… . Además permite experimentar repetidamente ya que es un material gratuito ilimitado.

El barro permite a los niños trabajar tanto  la motricidad fina como gruesa, estimula la imaginación y la expresión artística, ayuda a diferenciar texturas y grados de humedad. Además, si les facilitamos diferentes juguetes o utensilios de cocina, estaremos favoreciendo el que aprendan a manejarse con ellos y los integren en sus creaciones. En cuanto a las habilidades sociales, el barro permite tanto el juego individual como el juego en grupos favoreciendo la cooperación y la comunicación.

Viendo, todos los beneficios que tiene el barro, no es extraño que a los peques les encante jugar con él, ¿verdad?. Pero más allá de cualquier beneficio que pueda tener, lo realmente importante es lo que disfrutan. Así es que ya sabes, la próxima vez que tus hijos se rebocen en barro, relájate y disfruta con ellos.