Los niños hoy en día parece que en lugar de nacer “con un pan bajo el brazo” nacen con las pantallas. A cortas edades son capaces de manipular con total agilidad cualquier dispositivo móvil y esto ocurre porque se les permite su uso desde que tienen apenas dos años… ¿Es una mala idea permitir que lo utilicen a tan temprana edad?
Es cierto que los padres, en muchas ocasiones permiten que sus hijos estén delante de la pantalla o que tengan dispositivos en sus manos para que “estén entretenidos”, por ejemplo, en situaciones como un restaurante o cuando los padres están en casa haciendo tareas domésticas y los niños no les permiten avanzar.
No es malo permitir a los niños cierto uso de los dispositivos siempre y cuando se controle tanto el tiempo como el contenido. Si los niños ven la televisión acompañados de sus padres o están usando aplicaciones en el móvil que son educativos y de calidad, no tiene que ser algo malo que lo usen. Eso sí, es necesario controlar el tiempo para que no se excedan demasiado. Las pantallas no son un canguro y jamás deberán superponerse al juego o a las actividades de exploración que los niños deben tener desde que son pequeños.
No es necesario demonizar las pantallas, siempre y cuando se haga un buen uso. Eso sí, la Academia de Pediatría Americana, deja claro que los niños menores de 2 años no deberían estar expuestos a las pantallas en absoluto debido a su desarrollo cerebral. Los niños mayores de 2 años pueden disfrutar de las pantallas si no se excede una hora al día y siempre que los padres supervisen los contenidos y controlen el tiempo de exposición. Para niños más mayores, se puede permitir 2 horas al día, siempre que no perjudique su desarrollo físico y social.